Tras las lluvias torrenciales que este pasado domingo provocaron diversos daños materiales en Lazkao (Guipúzcoa) hoy la calma parecía haberse instalado, de nuevo, en la localidad guipuzcoana, aunque pocos recuerdan haber vivido una tromba de agua como la que cayó ayer que desbordó los cauces Agauntza, afluente del Oria, y que el alcantarillado no pudo asumir.
El cielo se tiñó de negro hacia las cuatro de la tarde y durante una hora cayó lluvia y granizo inundando bajos, garajes y fosos de ascensor. Los bomberos han tenido que achicar agua en numerosos locales mediante motobombas.
Una de las vecinas afectadas decía que "solamente se va a salvar lo que está por las estanterías de encima, el resto ha estado debajo del agua con lodo. Electrodomésticos, bicicletas…". Solo con la ayuda de otros vecinos, logro esta familia sacar sus cosas del barro. Hoy analizan los daños y las perdidas ocasionadas por la lluvia.
Los mayores problemas se registraron cerca de la residencia de ancianos del municipio y en los alrededores de tres calles: Zubizkitza, Mikelar e Iurgaitzaga. Hoy aún quedan restos de barro y pertenencias apiladas junto a algunos de los garajes completamente embarradas.
Algunas calles del municipio guipuzcoano, que ayer se convirtieron en auténticos ríos arrastrando piedras y lodo, hoy lucen su aspecto habitual. Algo impensable cuando este domingo se llegaron a registrar ocho litros por metro cuadrado en diez minutos. "Yo nunca había visto llover de esa manera" o "el cielo se puso oscuro y caía tanto granizo que no se veía nada", son algunas de las frases que más repiten hoy los vecinos de Lazkao.
La única buena noticia es que, a pesar del desastre ocasionado en Lazkao, no hubo que lamentar víctimas personales, tal y como informó el Departamento de Seguridad de Lakua y los Bomberos de Gipuzkoa.
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