No es solo cuestión de fuerza. Los 'harrijasotzailes' vascos saben que el levantamiento de piedras requiere de otras habilidades: buena movilidad, constancia, ser muy sufridor, “tener buenas patas” y sí, fuerza también. Bueno, ¡Pues como para practicar otras disciplinas deportivas!, pensaran algunos, pues no, porque levantar piedras de más de 200 kilos requiere de orgullo, el que les aporta a quienes lo practican “conectar con tus raíces”, “saber que estás siguiendo una tradición” y “poniendo tu granito de arena para que no se pierda” porque “es algo nuestro”.
Quien habla es Eider García Durana, una de las tres mujeres que entrena a este deporte tradicional vasco, desde hace un año en 'Arabako Harri Eskola'. “Al principio nos miraron pensando, ¡Pobres chicas, no van a poder!”, bromea Eider, que rápidamente apunta a que sus compañeros “nos acogieron superbién”. Junto a ella, entrenan Sara Jiménez de Aberasturi y Saioa Iglesias.
Cuando el entrenador y presidente de la escuela empezó en este mundillo en 2009, era el único de Álava y llegó a temer que “esto se extinguía”, sin embargo, este deporte tradicional vasco vive ahora un ‘boom’, al que este 'harrijasotzaile', no duda, que ha contribuido la entrada de mujeres: “Ellas lo han revalorizado”, sentencia.
A Eider fue, precisamente, otro 'harrijasotzaile' y amigo suyo el que la animó a probar a levantar piedras y “me picó el gusanillo”, explica. Desde entonces, entrena dos días a la semana con la piedra, más una o dos jornadas dedicadas a fuerza con peso libre, los ejercicios de movilidad y los entrenamientos en un gimnasio.
A pesar de que son muchos los que abandonan antes de los tres meses porque “a veces los entrenamientos resultan monótonos”, dice Ibon Murga, entrenador y presidente de 'Arabako Harri Eskola', lo cierto es que Eider, lejos de aburrirse, lo ve más como “un deporte mecánico”.
Las piedras que se alzan tienen diferentes formas: cilindro, bola, cubo y rectángulo. Son, precisamente, las piedras rectangulares, en opinión de Eider, “las más complicadas para nosotras”. Por eso, en su primera competición esta alavesa levantó un cilindro de 90 kilos durante tres minutos, “solo llevaba tres meses entrenando”. Ahora, con más horas a su espalda y mayor técnica, se ha fijado como objetivo la ‘Txapelketa de Euskadi’ que se celebrará en enero de 2025.
Para practicar el levantamiento de piedras, “no hace falta ser enorme”, explica el entrenador. De hecho, Eider pesa 73 kilos y es, como ella misma dice, “una chica grande”, aunque con una imagen muy alejada de harrijasotzailes míticos como Iñaki Perurena, “el Messi de los levantadores de piedra”, dice Murga.
Eso sí, Eider seguro que comparte con Perurena una cualidad inherente a los levantadores de piedra: “Hay que ser cabezón”. Palabra de harrijasotzaile. Ibon Murga cree que “no todo el mundo vale” y que la cabeza es muy importante en esta disciplina, amén de otras aptitudes como la fuerza y la resistencia muscular, “ser muy sufridor”, “tener buenas patas y mejores pulmones”.
Actualmente, en Arabako Harri Eskola, entrenan alrededor de una veintena de jóvenes vascos, en torno todos ellos a los 25 años, que han optado por practicar esta disciplina centenaria en Euskadi, en lugar de dejarse seducir por propuestas más novedosas como el CrossFit: "Es algo muy nuestro y eso no tiene precio".
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