La trayectoria de Iñigo Urkullu en sus 13 años como Lehendakari del País Vasco es una historia de compromiso político, estabilidad gubernamental y avances significativos en la autonomía vasca. Desde su toma de posesión en 2012, Urkullu, miembro del Partido Nacionalista Vasco (PNV), ha liderado el Gobierno Vasco durante nada menos que tres mandatos consecutivos, marcados por su enfoque en la cohesión social, el desarrollo económico y la gestión de retos como la crisis financiera y la pandemia de COVID-19.
Nacido el 18 de septiembre de 1961 en Alonsótegui, Vizcaya, Urkullu se sumergió en la política vasca desde joven, involucrándose en las juventudes del PNV y ascendiendo gradualmente en la estructura del partido hasta llegar a ser su presidente entre 2008 y 2012. Su liderazgo en el PNV fue una etapa de preparación crucial que le permitió entender profundamente las dinámicas políticas del País Vasco y forjar una visión para su futuro .
Como Lehendakari, Urkullu se ha caracterizado por su estilo de liderazgo dialogante y su capacidad para forjar consensos, incluso en contextos políticos complejos. Ha buscado activamente el acuerdo y la colaboración no solo dentro del País Vasco, sino también en sus relaciones con el gobierno español, enfatizando la necesidad de respetar el autogobierno vasco y abogando por un modelo de convivencia basado en el reconocimiento mutuo.
Urkullu ha sido un defensor de la autonomía vasca, trabajando dentro del marco constitucional español para avanzar en las aspiraciones del pueblo vasco mientras mantiene abiertas las líneas de comunicación con el Gobierno de España. Su enfoque pragmático hacia la gobernanza y la resolución de conflictos ha sido una característica distintiva de su tiempo en el cargo
Durante su mandato, Urkullu se ha enfrentado desafíos significativos, como la crisis económica que afectó a España y Europa, y más recientemente, la pandemia de COVID-19. Bajo su liderazgo, el gobierno vasco implementó medidas para proteger la economía regional, promover la innovación y mantener la cohesión social. Su gestión de la crisis sanitaria, en particular, fue destacada por su enfoque proactivo y la cooperación con las autoridades sanitarias para mitigar los efectos de la pandemia en la población vasca .
Por otra parte, durante la crisis económica que afectó a España, a gran parte del mundo, y tuvo un impacto significativo en el País Vasco, el gobierno vasco implementó medidas de estímulo económico y apoyo a las empresas y trabajadores afectados, lo que contribuyó a una recuperación más rápida en comparación con otras regiones.
Mirando hacia el futuro, Urkullu ha enfatizado la importancia de la sostenibilidad, la digitalización y la internacionalización de la economía vasca como pilares clave para el desarrollo a largo plazo de la región. Su visión incluye el fortalecimiento de la autonomía vasca dentro del marco constitucional español, buscando siempre vías de acuerdo y diálogo que beneficien tanto al País Vasco como al conjunto de España.
Con las elecciones vascas de 2024 en el horizonte, la trayectoria de Iñigo Urkullu como Lehendakari ofrece una perspectiva única sobre el liderazgo político en tiempos de cambio y desafío. Su legado será uno de estabilidad, diálogo y compromiso continuo con el progreso del País Vasco, marcando un capítulo significativo en la historia política de la región.