Las pelotas de foam que utiliza la Ertzaintza para disuadir disturbios en las calles vascas se han convertido en solo unas semanas en el arma con el que, presuntamente, han resultado heridas de gravedad, al menos tres personas. El primero de los heridos se registró durante la celebración de los carnavales en Tolosa (Gipuzkoa), allí un menor de 16 años recibió el impacto de uno de estos proyectiles en un ojo por el que tuvo que ser intervenido quirúrgicamente.
El Departamento de Seguridad dijo entonces que la Ertzaintza tuvo que intervenir y “hacer uso del material antidisturbios para restablecer el orden público", cuando una pelea originada en el interior de un bar se trasladó después a la calle en la Parte Vieja de Tolosa. Este caso llevó a que la Ertzaintza a abrir una investigación interna.
También se ha abierto una “una investigación de oficio” para esclarecer por qué una mujer ha acabado ingresada en el Hospital Donostia tras recibir este mismo martes un impacto en la parte posterior de la cabeza tras una carga policial, durante los incidentes previos al partido de Champions, calificado de alto riesgo, que enfrentó a la Real Sociedad y al París Saint-Germain.
La Unidad de Asuntos Internos de la Policía Vasca ha iniciado dos días después de los hechos una investigación sobre la actuación policial. Además, el Gobierno Vasco presentará el caso ante la Comisión de Control y Transparencia "creada para evaluar las actuaciones policiales de manera independiente".
En el marco de estas investigaciones, la policía autónoma vasca se ha puesto en contacto “con la familia de la mujer herida” y ha solicitado “la intervención de un médico forense para realizar una evaluación independiente con el objetivo de determinar la naturaleza y origen de las lesiones".
La asociación 3 de Marzo y los sindicatos ELA, LAB, ESK y Steilas denunciaron la “brutal” carga policial de la Ertzaintza el pasado domingo, en pleno centro de Vitoria, durante una multitudinaria manifestación en la que participaron más de 5.000 personas.
El enfrentamiento entre algunos de los participantes y los agentes de la Brigada Móvil apostados en los alrededores de El Corte Inglés, en la calle la Paz, se saldó con cuatro detenidos y varios heridos, siete de ellos ertzainas y un número indeterminado de manifestantes. Entre ellos, se tiene constancia de que una mujer de 60 años resultó herida en la mandíbula, presuntamente por el impacto nuevamente de una de esas balas de foam.
Los organizadores del acto hablaron de despliegue "desproporcionado", cargas "absolutamente brutales, no solo con porras y decenas de pelotas foam, sino incluso arremetiendo con las propias furgonetas policiales".
En el comunicado que la Ertzaintza hizo público en Vitoria tras los incidentes del domingo, se explicaba que “un grupo de alborotadores" les arrojó "botellas y adoquines", y continuaba, “siendo necesario utilizar material de defensa para repeler la agresión”. Recordaban además que siete agentes resultaron heridos de diversa consideración tras el enfrentamiento.
Las pelotas de foam se emplean actualmente, en sustitución de las pelotas de goma que antes empleaba la policía como material antidisturbios. Con un calibre de 40mm y un peso de 220gr, estas pelotas de espuma alcanzan velocidades superiores a los 300km/h, y aunque son peligrosas, también son menos lesivas que las pelotas de goma. La bala de foam tiene, según los expertos, una capacidad de absorción mayor que las de goma, lo que reduce en gran medida los daños por su impacto, pero no evita lesiones que pueden ser graves.
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