Mikel Cortés, entrenador de 30 luchadores de MMA, la disciplina que ha hecho célebre a Topuria: "Un poco más y deja de ser un deporte"

A sus 48 años, Mikel Cortés lleva toda la vida practicando artes marciales, “comencé con solo 8 añitos en judo”, recuerda. Tras lograr ser cinturón negro en diversas disciplinas, un buen día este donostiarra comenzó a practicar artes marciales mixtas. “Los luchadores dominan varias disciplinas (Karate, Kickboxing, boxeo, muay thai, judo, lucha libre, sambo, taekwondo, entre otras) y los americanos comenzaron a llamarlas MMA (Mixed Martial Arts)”

Él protagonizó la primera pelea en Euskadi de una disciplina deportiva en la que los golpes y la sangre están a la orden del día. Tal vez por eso, muchos antes la miraban con recelo. Sin embargo, hoy en día, el 'boom' de Ilia Topuria acrecienta el interés por el MMA. “Es que antes ir a ver una pelea era algo alucinante y hoy lo puedes seguir por televisión”.

¿Si son violentas? Mikel opina que “están en la línea en la que un poco más y dejarían de ser un deporte”, pero matiza que “hay reglas”. Normalmente, los combates se desarrollan en tres asaltos y duran cinco minutos por asalto, aunque hay algunos en los que se libran hasta cinco asaltos “lo que supone estar 25 minutos peleando sin parar, salvo un minuto entre asaltos”, recuerda. “Eso es algo que no pasa en ningún otro deporte de contacto”.

Para este entrenador, el carácter violento lo imprime cada deportista y, lo mismo que en el fútbol, hay algunos jugadores más violentos que otros en las artes marciales mixtas también. “Topuria es bastante violento, él pelea para destruir al otro”, dice. De hecho, le llaman ‘matador’. Sin embargo, cuando Mikel frecuentaba la jaula, quienes acudían a aquellas veladas solían referirse a él como ‘el hombre tranquilo’: “Depende de cada deportista, pero es verdad que esta disciplina es muy instintiva, te estás jugando el físico mientras intentas dominar a tu combatiente”.

La jaula o el octógono, como se conoce al espacio en el que los luchadores libran el combate, es "un espacio cerrado en el que la pelea no para y no tienes escapatoria", resume. Con esa premisa, no es descabellado imaginar que los luchadores de MMA están hechos de otra pasta. "La competición surgió como un espectáculo de la UFC para ver qué estilo de artes marciales era el más efectivo", porque "había bastante misticismo en este mundo", al que "había contribuido mucho el cine", que trasladaba una imagen de los judocas o karatecas como seres invencibles. "Las MMA acaban con todo eso", añade.

El 'boom' Topuria

Desde que cumplió los 13 años, Mikel no ha faltado ni un solo día a su cita con los entrenamientos y actualmente, tras años en los que él ha protagonizado los combates, entrena a una treintena de chavales, de entre 20 y 35 años, en Kuraia Martutene. Entre sus alumnos, hay una decena de luchadores que compiten. Una elección que les obliga a pasar al menos dos horas diarias en el gimnasio “sábados incluidos”, puntualiza Mikel, y a tener que lidiar a veces con la oposición del entorno. “A mi pareja, por ejemplo, no le gusta nada este mundillo, de hecho nunca me ha visto pelear”, desvela Mikel al que, sin embargo, su pasión por las MMA le ha llevado a hacer de ellas su deporte y su profesión.

El fenómeno desatado por Topuria tras convertirse en el primer español en hacerse con el primer título de la UFC, la plataforma más prestigiosa del mundo en cuanto a artes marciales mixtas, ha llevado a muchos a interesarse, de una u otra manera, por las artes marciales mixtas. Un deporte que gana adeptos entre el público y también entre quienes se acercan a gimnasios como el Kuraia Martutene para practicarlo.  

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