Irún recicla sus viejas cabinas telefónicas y las convierte en bibliotecas al aire libre

  • Los usuarios deberán intercambiar un libro por otro para que siempre haya ejemplares disponibles

  • Estarán entre República Argentina y Almirante Arizmendi, y en el cruce entre Alzukaitz y Bertsolari Uztapide

  • En 2022 dijimos adiós a las cabinas que se instalaron en España por primera vez en 1963

De haber seguido en funcionamiento, las cabinas telefónicas hubieran sido ya unas sexagenarias. En 1963 se instaló la primera de las más de 42.000 cabinas que llegó a haber por toda España. El boom de la telefonía móvil supuso la estocada para ellas. Hace cuatro años quedaban menos de 15.000 y registraban de media una sola llamada a la semana. En 2022, dijimos adiós definitivamente a las cabinas telefónicas.

Sin embargo, el caparazón inerte de algunas de ellas ha permanecido impasible en nuestras calles. En algunas ciudades, las han reconvertido en lienzo para la expresión artística de jóvenes talentos emergentes en el mundo del arte, en otras se han reutilizado como punto de mantenimiento y reparación de bicicletas o incluso, se les ha dado una segunda vida como bibliotecas.

Precisamente, esto último es lo que ha hecho la localidad guipuzcoana de Irún, que junto a Telefónica han acordado convertir dos cabinas telefónicas sin uso de la ciudad en bibliotecas. La responsable del área de Cultura del consistorio irundarra, Nuria Alzaga, considera que "es una bonita iniciativa que fomenta la lectura, la participación y la solidaridad".

Coger un libro y dejar otro

Las antiguas cabinas ubicadas entre las calles República Argentina y Almirante Arizmendi, y en el cruce entre las calles Alzukaitz y Bertsolari Uztapide son las primeras en sufrir esta transformación, aunque no se descarta que en un futuro, otras sigan sus pasos.

La idea es que en estas bibliotecas al aire libre siempre haya libros a disposición de los lectores que se acerquen a ellas, por eso los usuarios que cojan un libro deberán dejar otro en su lugar para garantizar que en las baldas siempre haya ejemplares disponibles.

Estas dos cabinas no serán las primeras bibliotecas libres de la ciudad fronteriza, ya que en la plazoleta Almudena Grandes y en la plaza Jostun ya existen dos instalaciones con “un soporte acristalado y rotulado con una frase célebre de un autor" que funcionan como biblioteca. Sin embargo, sí son las dos primeras cabinas telefónicas de la ciudad que tras años de silencio y abandono vuelven a estar llenas de palabras, ahora, eso sí, escritas.

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