“No la he pesado nunca”, confiesa Manu Eizagirre, pero su afilado ojo como criador de cerdos Basatxerri le lleva a calcular que Xixili rondará entre los 330 y 350 kilos. Esta cerda mimada durante 18 meses abandonará durante unas horas la tranquilidad del barrio de Gaineta, en Aizarnazabal (Gipuzkoa) por el gentío de la feria de Santo Tomás, el próximo 21 de diciembre en San Sebastián. Allí, sin duda, se convertirá en el centro de todas las miradas. “Yo estaré con ella en todo momento porque si no puede ser un horror”, reconoce su criador.
Xixili es una cerda de raza rústica de ascendencia americana, por parte de madre, y canadiense por la vía paterna. “En cuanto nació supimos que ella sería la elegida para acudir a Santo Tomás este 2023”, vive aparte de la manada y come a diario unos cuatro kilos de comida. Su menú se compone de una variada dieta libre de transgénicos y compuesta por trigo, cebada, guisantes, habas, manzanas, “más todo lo que pille, por ahí, como bellotas, castañas o zarzas”.
A sus 18 meses, ya ha vivido el doble de lo que suelen vivir los cerdos criados al aire libre de Basatxerri, a los que se sacrifica alrededor de los ocho meses de vida cuando pesan entre 170 y 180 kilos, la mitad que nuestra protagonista.
Para que todo salga como está previsto, Manu lleva días entrenando a Xixili para que se suba al carro en el que será transportada hasta la plaza de la Constitución donostiarra. Un proceso que este ganadero asume con paciencia y cariño. Esa es su fórmula mágica “para que esté a gusto conmigo”. Eso y hablarle, porque Manu conversa con Xixili con quien ha establecido “un vínculo” durante este año y medio que han compartido juntos. Admite que le da “pena” que tras Santo Tomás llegue la separación, pero se consuela pensando que “ha vivido muy bien”.
Manu Eizagirre es el segundo año que cría a la cerda que será la reina de la tradicional feria agrícola y ganadera que cada año celebra la capital guipuzcoana en puertas de la Navidad. A mediados del siglo XIX la mayor parte de las fincas rústicas de Gipuzkoa eran cultivadas por arrendatarios. Así, el día de Santo Tomás los caseros se desplazaban a San Sebastián para pagar sus rentas y un par de capones y las personas propietarias, en agradecimiento, les regalaban bacalao y chocolate. Aprovechaban su estancia en la capital para vender los mejores productos del caserío. Así, se hizo necesaria la celebración de una feria, surgiendo la de Santo Tomás, en la Plaza de la Constitución.
En 2022, la pionera fue Rosarito, una cerda de ‘solo’ 200 kilos “porque el primer año nos avisaron con poco tiempo y no teníamos un animal más grande”. La espinita del peso de Rosarito se la ha sacado este año mimando a Xixili hasta alcanzar los casi 350 kilos.
Noble y también autónoma, Xixili acompaña a Manu durante su conversación con Informativos Telecinco. “Aquí la tengo”, ajena e impasible a los nervios, porque dentro de nueve días ella será la reina de Santo Tomás, pero es que Xixili ya es la reina de Gaineta y si no que se lo digan a su dueño.
Síguenos en nuestro canal de WhatsApp y conoce toda la actualidad al momento.