En febrero de 2022, un donostiarra de 44 años fue hallado muerto y maniatado en un paraje de Usurbil (Guipúzcoa). Aquel caso pasó a conocerse como el crimen del monte Andatza y los dos principales acusados, un hombre y su novia que era, a su vez, la expareja de la víctima, se han sentado en el banquillo de la Audiencia Provincial de Guipúzcoa que, finalmente, les ha condenado a 15 y tres años de prisión, respectivamente. La sentencia llega después de que, el 15 de noviembre, el jurado popular declarara al acusado de degollar a un hombre y tirar su cuerpo maniatado en el monte Andatza.
El autor del delito de asesinato consumado, que reconoció los hechos durante la vista judicial, le imponen 15 años de cárcel, mientras que a su pareja en el momento de los hechos, y que a su vez era expareja de la víctima, la sentencian a tres años como cómplice de asesinato. Además, ambos deberán indemnizar con 75.000 euros cada uno a los padres de la víctima.
Un mes y medio de prisión es la condena para la tercera mujer implicada por encubrimiento, ya que se encargó de limpiar la sangre en el piso donde se desató la pelea que culminaría con el asesinato de este vecino de Donostia de 44 años.
A los tres acusados se les ha aplicado la atenuante de drogadicción: "Llevaba más de 24 horas sin dormir. Ese día había consumido anfetaminas, cannabis, alcohol, heroína", declaró el principal condenado. Además, a las dos mujeres se les reconoce que actuaron movidas por un miedo insuperable. "Tenía un carácter cambiante, a veces agresivo" o "no sabía cómo iba a actuar, me dijo que le costaba muy poco acabar con mi vida", son las palabras que su pareja, en aquel momento, le dedicó al principal acusado, al arrancar el juicio.
Según reconoce la sentencia de a Audiencia Provincial de Guipúzcoa, el 20 de enero de 2022 los dos principales condenados acudieron a recoger a la víctima a la cárcel de Zaballa (Álava) de donde salía en libertad. Cuatro días más tarde, los celos desataron la agresión en el piso que la pareja compartía con la tercera acusada en la localidad guipuzcoana de Hernani. Al parecer, la víctima se había insinuado en varias ocasiones a su exnovia y, aquel 24 de enero, él y el novio se pelearon y quedó tirado inconsciente en el piso.
Con la ayuda de la mujer, a la que “obligó” el agresor, ataron al hombre con bridas y lo metieron en una furgoneta. Mientras tanto, la tercera acusada fue conminada por los otros a limpiar la sangre del piso.
Tras conducir sin rumbo, y con la víctima aun con vida, llegaron al monte Andatza, el ahora condenado le cortó la garganta con un cúter y abandonó su cuerpo allí. Un mes después, una persona que paseaba por la zona avisó de que había localizado un cadáver. La víctima murió desangrada.
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