Tal día como hoy de hace 25 años, un aficionado ultra del Atlético de Madrid asesinó al seguidor txuri urdin Aitor Zabaleta. Aquel 8 de diciembre de 1998, la Real Sociedad se jugaba ante los colchoneros la eliminatoria de octavos de final de la Copa de la UEFA y Aitor viajó, como otros tantos aficionados, a Madrid para presenciar el encuentro. En 2018, un ultra del Atleti, investigado por el caso de Aitor Zabaleta, fue detenido por apuñalar a otro aficionado.
Aitor viajó a la capital de España para presenciar el partido, pero no llegó a pisar el Vicente Calderón porque antes, Ricardo Guerra le clavó una puñalada en el corazón. Aitor murió y se convirtió en un símbolo. Su asesinó fue condenado a 17 años de prisión, pero la verdadera condena es la de su familia que le echa de menos todos los días.
Los cinco hermanos Zabaleta han sido, desde aquella trágica noche, una piña y eso les ha ayudado a sobrellevar la terrible perdida de Aitor de la que este año se cumple un cuarto de siglo.
Durante todos estos años se han sentido arropados por el club donostiarra y la sociedad, en general, pero también desamparados por parte de la justicia que condenó a Ricardo Guerra, pero a ningún ultra más de los que participaron en la agresión.
Para la familia de Aitor, aquella noche de diciembre le tocó a él recibir la puñalada mortal como le podía haber pasado a cualquiera de los aficionados de la peña Izar que, en aquel momento, estaban con él.
25 años después, su ciudad no ha olvidado a Aitor. La grada de animación de Anoeta lleva su nombre, cada año la Real le recuerda en la fecha de su asesinato y los aficionados corean su nombre con frecuencia durante los partidos. Este año no es una excepción y con motivo del 25 aniversario de su muerte está previsto un homenaje especial en el estadio txuri urdin.