Arranca el juicio de Santi Coca, el joven que murió de una paliza en San Sebastián: "Iban expresamente a por él"
Santi de 17 años murió por un derrame cerebral dos días después de ser apaleado
Su hermano, Iker Coca, niega que fuera una pelea y asegura que "fueron a por él"
Uno de los seis acusados desapareció hace un año y está en búsqueda y captura
Han pasado cuatro años y medio del asesinato de Santi Coca en Donostia. El menor de 17 años sufrió una paliza grupal en el exterior del Náutico de la capital guipuzcoana y murió dos días después a consecuencia de los golpes recibidos. En el banquillo se sientan hoy cinco de los seis acusados de su asesinato, el sexto permanece en paradero desconocido.
Aquella noche del 26 de abril de 2019, la víctima no estaba sola. Allí estaba también su hermano, Iker Coca, y un amigo, ambos fueron agredidos al intentar defender a Santi de la agresión. Hoy, ellos y otros cinco testigos han contado en la Audiencia de Gipuzkoa lo que recuerdan de aquella fatídica noche en la que, presuntamente, apalearon al menor de 17 años por un paquete de tabaco.
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Aquel día, “salimos de fiesta, mi hermano venía a buscarme para ir a casa” cuando “apareció un amigo diciendo que le habían pedido un cigarro y que le habían robado el paquete”. “Notamos mucha tensión, no sé si oí gritos, me giré y vi como había mucha gente tirando patadas y puñetazos a mi hermano”, ha contado.
"Iban expresamente a por él"
A Iker se le ha quebrado la voz en varios momentos de su relato como cuando ha contado que estando Santi en el suelo tirado, él se puso encima “para amortiguar los golpes” y las lágrimas han brotado al recordar a su hermano pequeño como un chaval cariñoso, “una buena persona y un buen hermano, el mejor que he podido tener” al que no le gustaba la violencia. En este sentido, ha descartado que se tratara de una pelea: “Iban expresamente a por él”. No conocía a los agresores de su hermano y solo recuerda que había como “diez o doce personas yendo hacia él”, después un golpe en el cabeza le hizo caer a él también al suelo. Iker ha reconocido a uno de los inculpados.
Cuando Santi cayó al suelo la lluvia de patadas continuó, su estado era tal que su propio hermano creyó que allí mismo había muerto. Tras la paliza, Santi Coca fue trasladado al Hospital Donostia permaneció dos días en coma y falleció por un derrame cerebral. Este miércoles 22 de noviembre, Fátima Hacine, madre del menor fallecido, comparecerá en el juicio por la muerte de su hijo, el mismo día en el que Santi hubiera cumplido 22 años.
Durante la Vista de este lunes 20 de noviembre, ha testificado también un amigo de la víctima, Iñigo Sola recuerda que “le golpeaban con rabia” primero puñetazos y una vez que cayó al suelo llegaron las patadas. Tras la brutal agresión que dejó al menor de 17 años inconsciente en el suelo, los agresores salieron huyendo. Sola ha reconocido a varios de los agresores entre los acusados.
El jurado popular, compuesto por seis hombres y tres mujeres, deberá determinar la culpabilidad o no de los cinco acusados, de entre 18 y 22 años en el momento del crimen, que se sientan en el banquillo y que se enfrentan a un delito de asesinato en calidad de coautores, por el que podrían pasar 20 años en prisión. Las defensas piden la absolución de los cinco acusados presentes.
El sexto acusado, el principal sospechoso de asestar la patada en la cabeza a Santi, que a la postre resultó mortal, es un joven argelino que se dio a la fuga hace un año. Desapareció en octubre del año pasado, tras dejar de comparecer en el juzgado de Irun. Se emitió una orden de búsqueda y captura, pero nada se sabe de él.