Esta misma semana un colegio de Vitoria sufría el robo de buena parte del material informático que emplean los alumnos de Primaria en clase. En total, 20 ordenadores. No es la primera vez que los ladrones irrumpen en un colegio o centro educativo de la Comunidad Autónoma vasca para llevarse los portátiles, pero es que en esta ocasión el robo incluía una sorpresa.
Tal vez porque al ladrón se le ablandó el corazón al imaginar a los alumnos del centro Miguel de Cervantes desprovistos de sus ordenadores cuando el miércoles entraran en clase, lo cierto es que antes de huir con el botín dejó un mensaje escrito en la pizarra con una promesa, que nadie sabe si cumplirá: ‘Lo siento mucho, los devolveré cuando pueda’.
La Ertzaintza investiga el caso. El ladrón o probablemente los ladrones, dado el abultado botín con el que huyeron, entraron al centro escolar del barrio de Ariznabarra de madrugada y su objetivo era el aula de audiovisuales. Hasta allí se dirigieron, tras atravesar con más o menos violencia varias puertas, para hacerse con 17 ordenadores de los que usan los alumnos y tres más pertenecientes a los profesores.
A pesar de que la alarma se activó al detectar la presencia de extraños en el interior del colegio a altas horas de la noche, lo cierto es que antes de escapar con el botín sin ser vistos, aún tuvieron tiempo de escribir el misterioso mensaje en la pizarra, donde al día siguiente lo descubrieron con asombro los docentes. ‘Lo siento mucho’, se disculpaba el asaltante y añadía, a renglón seguido, una promesa: “Los devolveré cuando pueda”.
Dice el refranero que ‘el confiado sale burlado’, pero claro también dice que ‘la esperanza es lo último que se pierde’. Así que, ¿Quién sabe? Tal vez las disculpas del ladrón sean ciertas y termine devolviendo los ordenadores hurtados. Mientras tanto, por si acaso, el departamento de Educación del Gobierno vasco repondrá los ordenadores robados para que la formación de los alumnos no sufra perjuicio alguno a pesar del robo.