La sarna está entre nosotros. Eso es una evidencia a tenor de los datos que ha hecho públicos Osakidetza: en dos años se ha multiplicado por cuatro el número de consultas, pasando de 3.000 en 2020 a 12.000 en 2022. En los ambulatorios y hospitales públicos vascos se atiende en la actualidad una media de mil consultas de sarna al mes, eso sin contar a quienes acuden a las consultas dermatológicas privadas, donde evidencian también “un aumento claro de casos”.
Se trata de una enfermedad contagiosa que nos retrotrae a otra época, pero que lejos de estar erradicada, coge auge entre los vascos “sobre todo desde hace dos o tres años”. Pero, ¿por qué hay tantos casos de sarna? El dermatólogo Lander Peña que trabaja en la clínica de la doctora Sara Carrasco en Bilbao, apunta a varias hipótesis que explicarían este repunte.
En primer lugar, este profesional alude a la pandemia que “ha provocado que se retrasaran muchos diagnósticos de sarna y eso ha ayudado a que se contagie más”, argumenta. Una hipótesis que secunda Estibaliz Goienetxea, directora técnica del colegio oficial de farmacéuticos de Gipuzkoa, que reconoce que es difícil establecer una causa concreta, aunque cree que puede influir “que no se haya frenado a tiempo” durante la pandemia. Durante casi dos años “hemos estado muy centrados en otro tipo de contagios (el coronavirus) y sintomatologías menores “han quedado sin diagnosticar”.
Por otro, Lander Peña cree que “la saturación del sistema sanitario” ha podido ayudar a que la sarna se haya extendido con más facilidad porque “esa saturación ha dificultado el acceso de los pacientes al especialista”.
Por último, los profesionales empiezan a sospechar que la sarna “se ha vuelto resistente al tratamiento clásico” y eso facilita al ácaro microscópico Sarcoptes scabiei persistir “más tiempo”. De ahí, que actualmente el tratamiento que se receta a quien padece sarna compagine una crema, “la más clásica es la permetrina” con una medicación oral que debe tomarse un día y repetirla tras una semana. “El tratamiento debe seguirlo el paciente y los más cercanos a él”.
El aumento de casos es tal, que este dermatólogo reconoce que, cuando el paciente llega a la consulta con picores, “lo primero en lo que pensamos es en sarna”. Lo importante en estos casos es comenzar el tratamiento “cuanto antes”. La recomendación de los profesionales es limpiar sábanas, toallas y ropa que se haya usado durante los días previos al diagnóstico.
La escabiosis, como también se conoce a la sarna, es una enfermedad de la piel “altamente contagiosa” y que se transmite con facilidad entre las personas que mantienen un contacto directo piel con piel de 15 minutos, pero también por el uso compartido de toallas o sábanas. El período de incubación es de cuatro días en contacto con el ácaro y entre cuatro y seis semanas si no se ha tenido contacto.