Shame: la exposición que muestra los rostros de las víctimas de abusos en la infancia
El periodista y fotógrafo Simone Padovani ha recorrido Europa retratando a un centenar víctimas de este tipo de maltrato en su infancia o adolescencia
Juan Cuatrocasas, victima de agresión sexual por parte de un profesor del colegio Gaztelueta, es uno de los protagonistas que dan su testimonio
La exposición permanecerá en el Museo de Arte sacro de Bilbao hasta el 25 de marzo
“Me está costando ingerirlo todo. Pero creo que hay que dar visibilidad a los abusos, crear una especie de colchón para los que ahora están pasando lo mismo se atrevan a denunciarlo. Ojalá sirva para que los abusadores reciban el castigo que se merecen”, espera Juan Cuatrocasas, victima de abusos sexuales por parte de un numerario del Opus Dei que le impartía clases en el colegio Gaztelueta de Leioa (Vizcaya).
El joven de 24 años es uno de los cien rostros que se exponen en Shame (Vergüenza) del fotógrafo Simone Padovani. El también periodista recorrió Europa con el objetivo de visibilizar los estragos que han dejado en su rostro el maltrato y los abusos que estos hombres y mujeres sufrieron en su infancia o adolescencia.
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La muestra incluye sus testimonios, quiere darles voz, que se les reconozca como tal y se ponga el foco en la prevención.
“Poco a poco voy canalizando lo que me pasó. Sin embargo, todavía hay cosas que no puedo exteriorizar. Y me las guardo para mí. Eventos como este hacen que te sientas menos solo, más arropado”, reconoce Juan.
Bajo su foto en blanco y negro se relata parte de lo que le ocurrió. “Se levantaba inmediatamente y venía a sentarse a mi lado. Ponía su mano dentro de mi pantalón y empezaba a manosearme. Con 12 años sabía que era algo anormal y que no me gustaba. Existe algo más hiriente todavía que el abuso: el encubrimiento y la revictimización. La Iglesia debería encargarse de atenuar el dolor que producen estos delitos y más siendo la cara visible del buenísimo y el cristianismo. Alguien que presume de llevar la bandera de la bondad jamás puede cometer estos crímenes y cuando los cometa se le debe castigar con mayor dureza, denuncia
“Me sentía responsable de los actos del pederasta”
El agresor de Pepe Godoy era entrenador de fútbol en Basauri. Godoy fue agredido por este pederasta en varias ocasiones desde los 8 a los 11 años. No lo pudo contar hasta los 36 años, le denuncio cumplidos los 44.
“Era un niño valiente y feliz y empecé a tener miedos, manías. Me diagnosticaron terrores nocturnos, la situación me angustiaba, no me dejaba vivir. Me sentí incluso culpable, cómplice y responsable . Con los años y la terapia entendí que bastante hice con sobrevivir”, relata Pepe.
Pepe cree firmemente que ese tipo de exposiciones son necesarias y “seguramente animen a dar el paso a muchas víctimas. Eso sí las tendremos que poner una red en la que puedan caer y no lo hagan al vacío”.
"De este agujero se puede salir pero necesitamos centros cualificados y dirigidos por profesionales donde las víctimas se puedan encontrar y puedan hablar en su idioma. Abogados especializados que puedan llevar los casos con garantías y procesos judiciales más rápidos. Hoy en día de hoy tardan una media de dos años en celebrase, aprovechados por el pederastas y su entorno para manipular, coaccionar e intimidar a la victima”
La exposición Shame - European Stories de Justice Initiative permanecerá en el Museo de Arte Sacro de Bilbao hasta el 25 de marzo para viajar después a Madrid y Barcelona.