Andrea, víctima de la 'clínica del terror' de Marbella: “Hace nueve años me destrozó la cara”
Víctimas de la "clínica del terror"' de Marbella: "Me anestesiaron sin avisar y me quemaron todo el cuerpo"
La responsable de la clínica Evas comenzó en un centro en Estepona, hasta que en 2017 cerró para abrir la clínica en Puerto Banús
“Siempre repetían que ellas tenían una máquina exclusiva, que la iban a patentar, que era única”, recuerda una clienta
Tras salir a la luz las primeras denuncias contra la clínica Evas en Marbella, se han sumado las experiencias de otras supuestas víctimas. Los testimonios relatan que las responsables del centro llevarían años actuando de forma imprudente. Según las fuentes, la responsable comenzó abriendo un centro en Estepona, Málaga, hasta que en 2017 cerró para abrir la clínica en Puerto Banús. Allí dejó a más de una clienta descontenta, pidiéndole explicaciones, por cómo le habían dejado tras someterse a un tratamiento.
Hace 9 años que Andrea, que por entonces tenía 19 años, entró en la clínica de Estepona. “Tenía unas marcas en la cara de la varicela y entré para preguntar si algún tratamiento podría quitármelas”, asegura. Le prometieron un diagnóstico de piel completo gratuito pero se convirtió en una sesión diferente. “Me dijo que tenía las capas inferiores quemadas y con el boli delante del espejo: 'Mira aquí cómo se está empezando a notar'. Básicamente no me hizo un diagnóstico, me hizo una sesión de manipulación y destrucción de mi autoestima”. Salió de allí con la sensación de que tenía que hacer algo antes de que le ocurriera todo lo que había dicho la supuesta experta. “Si me lo dijeran ahora me iría corriendo pero, en aquel momento, hasta me agobié”, relata. Esto era lo de menos y, lo de más, lo que pasó después.
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Cuando consiguió los más de mil euros para el tratamiento, fue con una amiga que también hizo lo mismo. “Siempre repetían que ellas tenían una máquina exclusiva, que la iban a patentar, que era única”, recuerda. Les enseñaron fotos del antes y el después de otros supuestos pacientes que, años más tarde descubrieron, habían sido editadas por Photoshop. De hecho, la amiga fue quien grabó en una imprenta cómo les hacían estos trabajos de edición. “Todo era falso, una estafa”, insiste.
"Me quemaron viva"
Volviendo al día del tratamiento, lo recuerda como el peor de su vida. “A mi ni me pusieron anestesia, supongo que empezaron a hacerlo después, yo sentía cómo me quemaban viva”, asegura. Con los ojos tapados, no entendía qué le estaban haciendo porque supuestamente dolía un poco. “No seas tan quejica”, le repetía mientras sentía un dolor muy fuerte. Al día siguiente, su cara estaba completamente quemada. Pasó más de un mes sin poder salir a la calle y siempre le contestaban que era normal.
Al tiempo, decidieron ir su amiga y ella a quejarse a la clínica para ver qué les habían hecho. Para su sorpresa, no les abrieron la puerta: “Estando allí llegó la Policía y nos detuvieron a nosotras porque ella les dijo que la estábamos amenazando”, relata aún sin creerse la situación tan surrealista que vivieron. Terminaron en los juzgados llegando a un acuerdo.
Trataron de olvidar la historia porque solo les traía problemas hasta que ahora, al salir a la luz el resto de denuncias y la detención de la policía de las tres responsables, les ha hecho respirar aliviadas. “Por fin se está haciendo justicia, lo que hacían no tiene nombre”, dice Andrea, quien, en todos estos años ha tenido que hacerse diferentes tratamientos para intentar recuperar el aspecto que tenía la piel en su cara, tras el desastre que asegura le hicieron.
Le sorprende el tiempo que ha podido estar haciendo esto y con el mismo discurso: “Hay muchísima gente que sabía de esta mujer y todos decían que era increíble cómo se salía siempre con la suya”, relata, sospechando de que podría tener a alguien detrás que le permitía actuar despreocupada "como si supiera que nada le iba a pasar”, sentencia.
Cabe recordar que el pasado día 1 de febrero, los agentes de la Policía Nacional arrestaron a las tres responsables: una doctora de medicina general, a una doctora odontóloga y a una esteticista por su presunta implicación en los delitos de lesiones, intrusismo profesional, salud pública, estafa, apropiación indebida y falsedad documental.
El informe elaborado por los agentes junto con personal sanitario reveló que había numerosas deficiencias e irregularidades en cuanto a las licencias del personal y los aparatos utilizados, por ello se solicitó la suspensión de actividad.