El Gobierno Vasco y la sociedad de ciencias Aranzadi han recuperado los restos de un combatiente de la Guerra Civil en la localidad guipuzcoana de Mutriku. La recuperación ha sido posible gracias al testimonio aportado por la familia propietaria del terreno, pero hasta la fecha no hay indicios que permitan orientar la identificación del combatiente.
La recuperación de estos restos humanos es “un paso más” en la recuperación de la memoria histórica y al hacerlo, en palabras del viceconsejero de Derechos Humanos, Memoria y Cooperación, José Antonio Rodríguez Ranz, “recuperamos la dignidad y la memoria de esta persona y con ella, la memoria histórica y democrática de todos aquellos que lucharon por los valores democráticos y por la libertad de este país”. Ha señalado también que esta labor es fruto de una colaboración, de un trabajo en auzolan “de quienes han mantenido vivo el fuego de la memoria durante décadas, los grupos memorialistas, la sociedad de Ciencias Aranzadi y las instituciones”.
Rodriguez Ranz ha reiterado el compromiso del Gobierno Vasco y de su Instituto de la Memoria, Gogora, con la recuperación de las personas que aún permanecen desaparecidas “no vamos a darnos por vencidos, lo hacemos por quienes dieron su vida, lo hacemos por nosotros; la dignidad y la memoria democrática de este país está también estas fosas”. El alcalde de Mutriku, Joseba Palenzuela, se ha sumado al agradecimiento a las diferentes asociaciones por la labor que llevan a cabo, y ha subrayado el potencial que tiene un hecho como el de hoy para impulsar la divulgación y la sensibilización sobre la memoria histórica y democrática en la localidad.
La exhumación, llevada a cabo por un equipo de la Sociedad de Ciencias Aranzadi dirigido por Lourdes Herrasti, ha recuperado varios fragmentos óseos, pero no existe, hasta la fecha, indicio alguno que permita orientar la identificación. Se estima que este combatiente murió en septiembre de 1936, coincidiendo con el avance de las tropas sublevadas en el Bajo Deba y, en base a la documentación histórica, se conoce que el batallón Bakunin, de la CNT, luchaba en la zona, si bien, no se sabe si pertenecía a dicho batallón.
La recuperación de los restos ha sido posible gracias al testimonio que Kontxi Urkiri, aportó a la asociación Intxorta Kultur Elkartea. Gracias al relato familiar, Kontxi sabía que un tío de su padre, junto a un vecino de otro caserío de la zona, enterraron el cuerpo de un combatiente fallecido de un disparo, cuando se retiraban hacia Bizkaia. Según su testimonio, el lugar del enterramiento se cubrió y señalizó con algunas piedras y se ha conservado hasta la actualidad.
A la espera de que se concluyan los análisis genéticos y forenses de los 42 restos exhumados del Cementerio de Begoña de Bilbao, en el marco del convenio de colaboración entre el Gobierno Vasco y la Sociedad de Ciencias Aranzadi, firmado en 2003, se han llevado a cabo un total de 46 exhumaciones con resultado positivo; 24 en Bizkaia, 15 en Gipuzkoa y 7 en Araba/Álava. De esta forma, se han recuperado los restos de un total de 110 víctimas, 108 hombres y dos mujeres, 27 de los cuales han podido ser identificadas, una de ellas mujer, Mónica Barrón del Val.
Además de las exhumaciones realizadas en Euskadi, se han recuperado y entregado a sus familias los restos de otras 9 personas, naturales y/o vecinas de alguna localidad vasca. Se trata de 4 exhumaciones realizadas en la Comunidad Foral de Navarra y 5 en otras localizaciones.