¿Alguna vez te has sentido sola o solo en compañía de tu familia? ¿Crees que eres mala hija o hijo porque necesitas distanciarte de ellos? ¿Cambias cuando estás en su compañía y vuelves a ser esa niña que buscaba su aprobación? En ese caso, quizá esté sobrevolando sobre ti la idea de que hagas lo que hagas nunca serás suficiente para tus padres o hermanos. Esto es lo que sugiere la psicóloga Nataxa Ruzafa en su nuevo libro '¿Cuándo seré suficiente?' (editorial Molino), una guía con la que la autora invita a reflexionar sobre la relación con nuestros referentes familiares y su impacto en nuestra vida adulta. Charlamos con ella para comprender qué hay detrás de la sensación de no sentirnos suficientes y qué podemos hacer cuando ya de adultos no nos hace bien la compañía o relación con nuestros padres, algo que para muchos resulta un tabú y un sentimiento de culpa enorme.

Pregunta: ¿Qué hay detrás de no sentirte suficiente? ¿Cómo podemos detectar que bajo un problema está esa sensación? 

R: Detrás de la sensación de no ser suficiente, a menudo hay creencias limitantes que se forman en la infancia, muchas veces a partir de experiencias vividas en el núcleo familiar o en la escuela. Para detectar esto, es útil prestar atención a nuestros pensamientos y a cómo reaccionamos ante ciertas situaciones. Si sientes que nunca es suficiente lo que haces o observas que constantemente te comparas con los demás, es probable que esa sensación de insuficiencia te esté acompañando y que sea necesario revisar tu historia de vida.  

P: ¿Cómo se trabaja en terapia? 

R: En terapia, trabajamos el poder explorar esas creencias y patrones que te hacen sentir así, para poder trabajar en ellos e ir reconstruyendo y actualizando esas creencias para que sean menos limitantes y más justas con una misma. También se trabaja en la autoaceptación y en construir una relación más saludable contigo misma. La terapia es un espacio seguro donde poder expresar tus emociones y pensamientos, hacer un camino hacia entenderte mejor y tratarte con menos juicio y más amor.  

P: ¿Qué ocurre cuando en tu propia familia sientes soledad? ¿Qué hay detrás de unos padres que no hacen sentir suficientes a sus hijos? 

R: La soledad dentro de la familia puede ser muy dolorosa. A menudo, detrás de esto hay una falta de comunicación emocional o un estilo de crianza que no valida las emociones de las hijas e hijos. Esto puede deberse a que los referentes familiares (madres, padre o quien se haya encargado de la crianza) no aprendieron a conectar emocionalmente o a que están lidiando sus propias batallas internas. Es fundamental reconocer que las dinámicas familiares pueden ser complicadas. 

En el tiempo que llevo ejerciendo como psicóloga he podido observar que la soledad está claramente ligada a la falta de vinculación profunda. Cuando no podemos o no sabemos abrirnos y expresar nuestra vulnerabilidad, los vínculos que establecemos se quedan en la superficialidad y eso nos lleva con el tiempo a experimentar una sensación profunda de soledad y vacío, aun y estar rodeada de personas.

P: Tú hablas de la necesidad que sienten muchas personas de distanciarse de los padres, es algo de lo que se habla poco. ¿Por qué? 

R: Sí, es un tema que a menudo se evita. Muchas personas sienten culpa por esto, ya que se espera que el vínculo familiar sea incondicional. Sin embargo, a veces el distanciamiento es necesario. Podría parecer que lo ideal es conseguir ser quienes somos de verdad y, a la vez, poder protegernos en la relación que mantenemos con nuestros referentes emocionales. Sin embargo, a veces la forma de proteger tu bienestar y tu salud emocional pasa por suspender el contacto con la persona que te cauda daño emocional.  

Esta decisión va acompañada de dolor y tristeza y, a menudo, también de culpa y serias dudas sobre quién eres tu y que dice de ti tu distanciamiento. Sin embargo, considero realmente importante empezar a hablar de esta realidad, porque no podemos sostenerlo todo, y puede suceder que tengas razones de peso suficiente para distanciarte. 

Por tanto, puede que la mejor decisión en casos así sea cortar el contacto. Hay referentes familiares que son hirientes, que te pierden el respeto, que se entrometen en tu vida y que atentan contra necesidades básicas para tu bienestar. Así que, aunque tengas un vínculo biológico con esa persona, no estas obligada a mantener con ella un vínculo emocional si su comportamiento te hiere.  

P: ¿Qué debemos hacer si necesitamos distanciarnos de nuestros padres? 

R: Lo primero es reconocer esa necesidad y permitirte sentir lo que sientes. A veces, establecer límites claros es fundamental. Comunicar tus sentimientos con honestidad. En el libro hablo de todo ello, de los pasos previos que se pueden dar. Hablo de comunicación asertiva, ofrezco ejercicios prácticos de regulación emocional, del objetivo de la comunicación, de límites, entre otros. Pero si sientes la necesidad de tomar distancia, invito a que se revise si podría resonar con ella/el buscar apoyo profesional. Para que el espacio terapéutico sea un lugar donde se te pueda acompañar a gestionar las emociones y el malestar que experimentas y dónde poder definir cómo quieres que sea esa relación en el futuro.

P: ¿Cuándo suele ocurrir? ¿Cómo se trabaja en terapia? 

R: Esto suele ocurrir en la adultez o juventud. Cuando tenemos la capacidad madurativa para empezar a cuestionarnos nuestra propia identidad, valores y empezar a reflexionar sobre lo recibido y lo que queremos ofrecer. En terapia se trabaja pudiendo profundizar, para poder entender el pasado y que este no condiciones el presente y el futuro. Se construye un lugar seguro en el que poder validar la historia de vida de cada persona y, desde ahí, con una mirada compasiva poder empezar a procesar emociones y detectar necesidades propias. Se acompaña el pasado para reconectar con el presente y futuro de una manera más consciente y libre que acerque a la persona a recuperar su bienestar emocional.  

P: ¿Es una relación que está rota o se puede reparar? 

R: No necesariamente está rota; puede haber una necesidad de reparación o transformación. Con el tiempo y trabajo propio a veces es posible resituar la relación y recuperar el vínculo. 

P: El vínculo, sobre todo con la madre, es poderosísimo. ¿Cómo podemos darnos cuenta de que algo falla en la relación con nuestra madre? 

R: A veces, lo notamos a través de la falta de comunicación o cuando sentimos que no podemos ser nosotras mismas. Si constantemente sientes que no eres suficiente, es señal de que algo podría estar fallando. También es importante prestar atención a cómo te sientes después de interactuar con ella. 

P: Hay mucha culpa en este sentido, ¿no crees? ¿Hemos idealizado la relación con nuestros padres y eso nos perjudica? ¿Qué sueles ver en consulta? 

R: Sí, definitivamente. La culpa puede ser abrumadora, especialmente si hablamos de culpa no adaptativa o insana. En consulta, muchas personas se dan cuenta de que es normal tener sentimientos ambivalentes hacia sus referentes emocionales. Reconocer que son humanos y que pueden cometer errores es crucial para sanar y activar una mirada compasiva con ellos y con nosotras mismas.

P: ¿Cómo crees que deberíamos verlos? 

R: Creo que es importante ver a nuestros referentes como personas humanas con sus luces y sombras. Esto no significa justificar comportamientos dañinos, sino entender que ellos también pueden haber sido afectados por sus propias experiencias. Al adoptar esta perspectiva, podemos encontrar un camino hacia la compasión y la sanación.

Suscríbete a las newsletters de Informativos Telecinco y te contamos las noticias en tu mail.

Síguenos en nuestro canal de WhatsApp y conoce toda la actualidad al momento.