La regla de las 3C que siguen las parejas que más duran

Más de la mitad de los matrimonios se acaban separando en España, según datos del Observatorio Demográfico CEU. Un tercio holgado se divorcia antes de los 20 años de casados, y uno de cada cinco rompe en los primeros diez. Desgraciadamente, el amor no lo puede todo, lo que no significa que no pueda durar toda la vida. Eso sí, para que una pareja tenga éxito a largo plazo hace falta cuidar esa relación y trabajar diferentes aspectos.

En ese sentido, la regla de las 3C se ha convertido en una de las estrategias más populares entre aquellos que buscan fortalecer su vínculo. Para la terapeuta y escritora francesa Martine Castello son tres los pilares sobre lo que habría que afianzar una relación para que sea sólida, longeva y feliz: corazón, cuerpo y conciencia.

En su libro 'Cómo encontrar el amor de tu vida gracias a la regla de las 3C' la escritora expone en qué consiste cada una de estas variables, en apariencia simples, pero que requieren de esfuerzo y un compromiso constante.

El corazón

La primera de las bases, el corazón, está relacionada con el compromiso emocional y la conexión. Puede parecer de perogrullo, pero para que una relación amorosa tenga éxito tiene que haber sentimientos de por medio, y deben fluir en ambos sentidos. Esto implica la capacidad de amar y ser amado de forma profunda y sincera.

Las parejas que funcionan bien se apoyan mutuamente en momentos difíciles y celebran juntas los logros. Castello habla de algunos gestos que son claros síntomas de este amor, como los cumplidos, las demostraciones de cariño y cuidado mutuo, o el mero hecho de escuchar y prestar atención a las preocupaciones del otro. Con el corazón se crea un ambiente en el que ambas partes se sienten valoradas y comprendidas.

El cuerpo

El segundo término al que hace referencia la autora es el cuerpo. No solo en el sentido de una atracción física, sino también en cuanto a la química emocional y espiritual que debe haber entre ambos. Abrazos, caricias y proximidad son muy importantes, pero no lo es menos el hecho de comunicarse con facilidad, de tener intereses comunes y compartir valores. En resumen, estar en la misma onda.

Ponerse a hablar de cualquier cosa con el otro y que esa conversación se prolongue durante horas, estar cómodos incluso en el silencio, practicar deportes o realizar actividades juntos... son aspectos que favorecen la complicidad y el bienestar dentro de la pareja, ayudando a fortalecer el vínculo.

La conciencia

Finalmente, la conciencia es el componente que permite una comunicación efectiva en la pareja, un aspecto fundamental para resolver conflictos y evitar malentendidos. Puede parecer sencillo, pero no siempre es fácil comunicar lo que uno quiere transmitir o lo que uno siente. De hecho, la falta de comunicación -o una mala comunicación- es uno de los grandes enemigos de la pareja.

Castello señala dos aspectos clave para que esta comunicación sea eficiente: transparencia y confianza. Por ello, recomienda tratar los conflictos siempre de manera constructiva, tratando de llegar a acuerdos y no buscando culpables. Expresar pensamientos y emociones con claridad, practicar la escucha activa y fomentar el respeto mutuo contribuye a una relación más sólida y equilibrada.

El equilibrio que brindan las tres variables entre lo emocional, lo físico y lo intelectual, aplicadas a la vida cotidiana, es vital para fortalecer una relación de pareja, afrontar los desafíos y dificultades de la vida y mantener viva la chispa en el largo plazo.