Sobrevivir a un trabajo tóxico: "Hasta que no entendí lo que me pasaba no le puse solución"
El estrés laboral es un problema global que afecta a más de la mitad de los trabajadores en nuestro país
El psiquiatra Carlos Celamor ha escrito una guía para entender cómo gestionar este problema que él mismo sufrió
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La salud de los trabajadores en España es, en general, mala. Muchos estudios advierten de síntomas como estrés, tristeza, ansiedad o depresión, sobre todo en sectores servicios, sanitarios y educación, donde hay más bajas derivadas de la salud mental. Uno de los últimos estudios que hacen referencia a esta situación es el publicado por la empresa estadounidense Gallup en 2023. Si bien los empleados están más comprometidos con su trabajo a nivel global, muchos de ellos aseguran padecer estrés, que está en máximos históricos -el 44% de los trabajadores encuestados aseguraban padecerlo-, siendo mayor "entre los trabajadores jóvenes y aquellos que trabajan exclusivamente en lugares remotos o híbridos".
Los datos en España no son muy alentadores. Este informe aseguraba que los empleados de España son los que tienen una peor concepción de su entorno laboral: el 68% consideran que el país no es un buen lugar en el que buscar trabajo. También apoyaba estos datos uno de los últimos informes presentado por el Ministerio de Trabajo y Economía Social y el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el trabajo. En ‘Accidentes laborales y problemas de salud relacionados con el trabajo’, publicado en 2022, se informaba que un 15% de los trabajadores encuestados estaban afectados por un problema de salud, y un 44% señalaba que su trabajo habitual era la causa principal o motivo de agravamiento.
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Los principales problemas de salud derivados del trabajo, eran, en primer lugar, problemas óseos, articulares o musculares, un 3,8% respecto al total de ocupados y casi seis de cada diez de los ocupados con problemas de salud relacionados con el trabajo. El siguiente problema en frecuencia fue el estrés, la depresión o la ansiedad (1% respecto al total de ocupados y un 16% respecto al grupo de los que tienen enfermedades relacionadas con el trabajo).
Sabe bien lo que supone padecer estrés en el trabajo el doctor Carlos Celamor, médico, psiquiatra, psicoterapeuta y autor del nuevo libro ‘El Síndrome del Burnout’ (editorial Vergara). “En mi vida he sufrido dos grandes crisis de burnout. La primera fue trabajando en un gran hospital en el centro de Madrid, dónde viví el estrés típico de trabajar en una gran organización, con importantes responsabilidades, equipos grandes, mucha carga de trabajo, semanas trabajando hasta 80 horas gracias a las guardias y la carga emocional que supone el trabajo de un sanitario. Te diría que todos los compañeros que tenía a mi alrededor teníamos síntomas de burnout, pero ninguno lo sabíamos ni le dábamos ese nombre”, explica a la web de Informativos Telecinco.
Tras pensarlo bien y después de esta mala experiencia, decidió hacerse autónomo, pero confiesa que la idea de tener una vida laboral más saludable no salió como esperaba. “En esa época tuve una crisis enorme de burnout que debutó con una hernia lumbar justo en el momento de más estrés y tuve que estar sin caminar prácticamente un mes. Entre otras cosas, mi elevado nivel de perfeccionismo, mi autoexigencia y mi dificultad para poner límites fue devastadora en un trabajo en el que era yo el encargado de estructurarlo todo. Ahí empecé a entender de verdad lo que me estaba pasando y a ponerle soluciones, y también a ayudar a mis pacientes con un foco mucho más centrado en el estrés y en el 'burnout”. Después de esa etapa se marchó a vivir a los Pirineos para vivir más cerca de la naturaleza, donde reside actualmente con una vida más tranquila.
Qué es el ‘burnout’ y de dónde viene este término
El término al que el doctor Carlos Celamor se refiere es el llamado estrés laboral, en inglés, quemarse por trabajo y tiene unos síntomas que se muestran muy claramente en tres niveles, como explica en su libro: físico, mental y espiritual. De hecho, es la Organización Mundial de la Salud la que da cuenta del burnout en su clasificación internacional de las enfermedades edición 11.
“Los síntomas incluyen agotamiento extremo a nivel físico, que acaba transformándose en enfermedades muy variadas (problemas gastrointestinales, hipertensión, infartos de corazón coma problemas de piel, alteraciones del sistema inmune e incluso lesiones físicas como esa hernia que yo tuve). A nivel mental son muy frecuentes la desconcentración, fallos de memoria, bajada del estado de ánimo o sensación de angustia y ansiedad. Luego un síntoma muy específico del burnout es la desconexión tanto con el trabajo como con la vida, es decir, que ese trabajo o esos objetivos que antes te llenaban y te motivaban, ahora te generan apatía o incluso rechazo”, añade.
El término, nos explica, se popularizó en los años 70, asociado al estrés laboral crónico, tras los estudios de Freudenberger con voluntarios en una clínica de toxicómanos. Estos voluntarios acababan agotados física y emocionalmente por la carga que suponía el trabajo (no remunerado) que hacían. “Hoy sabemos que es un problema integral que combina causas internas, como el perfeccionismo y la autoexigencia, y causas externas, como entornos laborales tóxicos y sobrecargados”.
Trabajos tóxicos
Aunque el burnout es el fruto de la acumulación de estrés de todo tipo en la vida, el trabajo es una de las principales fuentes como asegura en su libro este médico y psicoterapeuta. “El trabajo realmente es algo necesario y que llena mucho nuestra vida, el problema viene de la manera tan tóxica en la que nos relacionamos con él (sin desconectar en ningún momento y esto ha empeorado con las tecnologías), y también, en los entornos tóxicos laborales y en la propia cultura de la hiperproductividad en la que vivimos”.
El trabajo realmente es algo necesario y que llena mucho nuestra vida. El problema viene de la manera tan tóxica en la que nos relacionamos con él y, también, en los entornos tóxicos laborales y en la propia cultura de la hiperproductividad
La toxicidad no solo se entiende en el ámbito personal, sino también en el trabajo. En este sentido, Carlos Celamor apunta directamente a una cuestión importante: los líderes. En muchos casos, las personas que ocupan los puestos superiores no tienen en cuenta a los empleados, convirtiendo las horas de trabajo en un verdadero infierno en los peores casos.
“Hay muchos otros factores que vuelven tóxico un ambiente laboral. Por ejemplo, la gestión de los descansos y de la atención que se haga en ese entorno. Ahora se han vuelto a poner de moda las oficinas abiertas, y esto es un grave problema para la concentración de los trabajadores, que además de verse interrumpidos por los emails y los chats de las empresas, también están expuestos a todos los ruidos y las interrupciones de sus compañeros”
¿Qué podemos hacer si podemos ‘burnout’?
Si has llegado hasta aquí y tienes alguno de estos síntomas o sensaciones anteriormente descritas, lo mejor es que consultes a un profesional para descubrir las causas. Mientras tanto, puedes echar mano de un kit de primeros auxilios que implica que aprendas a desconectar del trabajo: eso significa desconectar el teléfono o silenciarlo al acabar tu jornada. Hacer ejercicio e incorporar técnicas de relajación en tu vida también es clave.
Sobre la medicación para resolver ‘burnot’, el psiquiatra expresa que cree que se abusa de las pastillas para tratar problemas de salud mental. Como dice, los fármacos solo harán reducir la sintomatología, pero conviene hacer una revisión de las causas de forma profunda para no prolongarlo en el tiempo.
“Llevamos dentro una brújula muy clara que nos avisa cuando estamos acercándonos al ‘burnout’. Esta brújula son nuestras sensaciones y nuestras emociones. Es lo que llamamos en psiquiatría la conexión somatosensorial. El problema es que en nuestra sociedad no se nos enseña a conectar con este lenguaje de nuestro cuerpo, y eso posibilita que acabemos autoexplotándonos de forma tan salvaje sin escuchar las señales de nuestro cuerpo que mucho tiempo antes nos está avisando de que nos estamos haciendo daño”. Así que habrá que prestar más atención al cuerpo y saber escuchar y ver esas señales por el bien de nuestra salud mental y física.
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