Al margen del debate de si dejarse las canas libera o empodera a las mujeres, desde el punto de vista médico, el concepto del pelo blanco está cambiando. Si hasta ahora se consideraba un efecto inocuo del envejecimiento, ahora empieza a verse como una debilidad del sistema inmune, más cerca, por tanto, de la enfermedad y con posibilidad de cura. Con este planteamiento, un equipo de investigadores de la Universidad de Nueva York ha encontrado el fallo por el que las células dejan de producir los pigmentos de color.

Visto al microscopio, en el interior de cada cabello hay células madre que poseen una capacidad única para moverse entre los compartimentos de crecimiento de los folículos pilosos, pero su movilidad es menor a medida que las personas envejecen y pierden así su capacidad de madurar y mantener el color del pelo. Ahí es cuando aparecen las canas.

Los responsables del descubrimiento es el equipo del Centro Médico Langone de la Universidad de Nueva York. En 2011 comprobaron cómo dos grupos de células madres pueden controlar el color del cabello de manera conjunta: una de ellas se encarga de los folículos pilosos, donde crece cada pelo; y otras son los melanocitos, o células madre melanocitarias o McSC. La proteína llamada Wnt era la que coordinaba desde los melanocitos el color del cabello, así como las canas.

Las nuevas investigaciones se centran en unas células de la piel de ratones, también presentes en humanos, denominadas células madre melanocitarias. El color del pelo depende de si las McSC reciben la señal para convertirse en células maduras que producen los pigmentos proteicos responsables del color.

En realidad, este mecanismo ya era conocido. La novedad es que estas células son plásticas; es decir, no son fijas, se mueven, reaccionan e interaccionan ante diferentes señales proteicas en los distintos folículos pilosos. El estudio, publicado por Nature, desvela que las McSC se transforman entre su estado de célula madre más primitivo y la siguiente fase de su maduración.

Esto se traduce en que a medida que el pelo envejece, se cae y vuelve a crecer, un número cada vez mayor de células encargadas de la pigmentación se quedan inmovilizadas en el compartimento de células madre, en el folículo piloso. Allí permanecen, no maduran y no vuelven a su ubicación original, donde las proteínas las habrían impulsado a regenerarse en células pigmentarias.

Los nuevos mecanismos descubiertos plantean una vía potencial para revertir o prevenir el encanecimiento del cabello humano ayudando a las células inmóviles a moverse de nuevo entre los compartimentos del folículo piloso en desarrollo.

Según los investigadores, la plasticidad de las McSC no está presente en otras células madre autorregeneradoras. La pérdida de la función camaleónica de las células madre melanocíticas puede ser la causa del encanecimiento y la pérdida de color del pelo. Por su parte, la investigadora principal del estudio, Mayumi Ito, profesora del Departamento de Dermatología Ronald O. Perelman y del Departamento de Biología Celular de la NYU Langone Health afirma que "Estos hallazgos sugieren que la motilidad y la diferenciación reversible de las células madre melanocitarias son clave para mantener el cabello sano y teñido".

¿Cuál sería el siguiente paso? Para el equipo investigador el próximo reto está en descubrir los procesos que restauren la actividad de las McSC. Una opción viable sería trasladarlas físicamente de nuevo a su compartimento germinal, donde pueden producir pigmento. Llegados a este punto, tratar las canas tendría más que ver con un tratamiento en clínica, similar a otras terapias estéticas, y no con tintes aplicados en casa o en la peluquería. La otra cuestión sería la inmediatez del tratamiento.