Las imágenes de los drones permiten delimitar el avance diario de la colada de lava en La Palma en su camino al mar. Desde que comenzara la erupción hace 10 días, el volcán ya ha destruido alrededor de 600 edificaciones y 21 kilómetros de carretera.
El lomo de la colada de lava que sale del volcán es una criatura humeante que se vuelve indescifrable cuando los drones se acercan demasiado a algunas zonas. Hay que tomar de nuevo altura para divisar los detalles del recorrido.
En las imágenes de un dron, a primera hora del día, se puede observar bien la presencia más cercana al océano, con la manga izquierda de la lava amenazando también la montaña. Otro dron, la muestra desde aún más cerca, con una amplia zona de invernaderos en la posible trayectoria.
Justo al otro lado, más al este, se encuentran estructuras similares que sufren ya la mordida constante de la lava. En las zonas donde no avanza el magma, de momento, se aprecian edificaciones a medio destruir, con sus tejados cubiertos de materia volcánica.
El humo más oscuro surge cuando la lava toca toda clase de materiales. Es mucho más blanco cuando entra en contacto con los depósitos de agua. Desde el cráter principal, el humo es constante. Otro dron también pudo mostrar las horas en las que la actividad del volcán se volvió más violenta, con sucesivas explosiones y un camino nuevo de lava que comenzó a circular rápidamente sobre la ya aposentada.