Con el volcán de Cumbre Vieja en silencio las cámaras entran en la zona de exclusión y muestran el destrozo causado por las coladas de lava. En Los Llanos de Aridane aún recuerdan el pasado día 20 de octubre cuando todos creyeron que el volcán acabaría arrasando todo el pueblo.
No pasó así y la lava solo afectó a algunos barrios de este municipio palmero. A pie de calle se observa cómo las montañas de magma ya petrificado se detuvieron junto a los muros de las viviendas calcinando sus interiores.
Los técnicos de Involcan, termómetro en mano, recuerdan que las coladas de lava aún guardan mucho calor en su interior, aunque parezcan estar apagadas desde hace semanas. En algunos puntos se alcanzan los 130 grados centígrados lo que impide el regreso de los desplazados de sus viviendas.
Más peligrosos aún son los gases tóxicos que emanan de las coladas de lava. Tendrán que pasar días e incluso semanas para que las burbujas con vapores nocivos para la salud liberen la totalidad de su contenido y la zona vuelva a ser habitable.
Ahora que todo parece tranquilo, es posible ver a pie de calle la magnitud de la destrucción de las coladas de lava. Barrios enteros de Los Llanos de Aridane permanecen invadidos por esto ríos de magma que lo arrasaron todo.
Muchas de estas lenguas de lava se quedaron a las puertas de las viviendas pero dejaron calcinados sus interiores haciendo imposible el regreso a una vivienda que ya no podrá volver a ser ocupada.