Los frentes de lava que avanzan imparables desde el volcán de Cumbre Vieja siguen provocando muchísima destrucción a su paso. Desde ayer la lava ha engullido unas cincuenta viviendas más, cooperativas de plátanos, arrasando lo poco que quedaba de Todoque.
Devora todo lo que encuentra a su paso, lo poco que queda de Todoque está condenado a desaparecer como la casa roja que se aprecia en las imágenes, a punto de ser engullida por la colada que ha prendido fuego al coche.
Por delante se ha llevado también una cooperativa de plátanos, llevándose el empaquetado de Cavalle y despacito el invernadero anexo a la casa.
Los vecinos siguen accediendo a cuentagotas a la zona de exclusión, recogen lo que pueden en barrios ya irreconocibles, voluntarios como Álvaro llegan desde Bilbao para ayudar a los palmeros.
Porque la lava no se detiene mientras ellos siguen viviendo cada día bajo el peso de la incertidumbre.