La salida de Franco era el primer paso para cambiar de significado el Valle de los Caídos, pero no el definitivo. La pregunta ahora es qué va a ocurrir con el mausoleo y con los restos allí enterrados. Aunque la última decisión no está tomada, Pedro Sánchez apuntó ayer qué debería hacerse. El Valle será un símbolo de homenaje a todas las víctimas del odio.
El Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, estuvo ayer en el cementerio de la Almudena, en Madrid. Dejó flores en la tumba de las 13 rosas. Habían pasado 2 horas de la reinhumación de Franco y tres y media desde que el dictador salió del Valle de los Caídos.
En el Valle de los Caídos aún quedan enterradas 33.847 personas que perecieron durante la Guerra Civil, de los cuales más de 10.000 permanecen sin identificar. La construcción del Valle de los Caídos duró más de dos décadas y costó 1.159 millones de pesetas, lo que en la actualidad supondría una cifra de casi 7.000.000 de euros. Los cadáveres que permanecen en la construcción fueron trasladados desde distintas fosas comunes, de una forma masiva por medio de camiones militares, la mayoría de las veces en cajas de madera con una capacidad de albergar 15 cadáveres, por lo que es casi imposible llegar a una identificación individualizada.
Muchos familiares de los fallecidos reclaman recuperar los restos mortales de sus allegados, ya que gran parte de ellos conocieron con posterioridad de las exhumaciones y nunca llegaron a aprobarlas. Además, en España más de 100.000 personas se encuentran desaparecidas en fosas comunes a lo largo de todo el país, donde los cuerpos permanecen sin identificar, lo que ha convertido a España en el segundo país del mundo con más fosas comunes, por detrás de Camboya. Es el primero en Europa y también el primero en el número de desaparecidos dentro del continente europeo.
El Gobierno habla ahora de la recuperación de todas las víctimas, desde el ejecutivo afirmaban "Es una aberración que debemos afrontar con decisión, por justicia y por dignidad pero sobre todo por humanidad”. Para esto cuenta con el apoyo del líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, “Es un día emocionante pero no basta con esto”, declaraba ayer el líder de la formación morada. Desde la oposición algunos líderes de partido, como Albert Rivera proponían "convertir el Valle en un cementerio nacional". Desde el Partido Popular Casado prefería pasar página, también de cara a las inminentes elecciones del 10-N, “El 10 de noviembre no se vota sobre nuestro pasado, felizmente pasado”.
En la basílica del Valle continua el cuerpo del fundador de la falange, Primo de Rivera, fusilado en Alicante el 20 de noviembre de 1936. Desde la familia no han tenido noticias del Gobierno, sin embargo, el ejecutivo manifestó en el 2018 la intención de que fuese trasladado a un lugar "no preeminente", como cualquier otra víctima de la Guerra Civil. Ayer Iñigo Errejón instaba al Gobierno a sacar de Cuelgamuros al fundador de la Falange, ya que decía que la exhumación del dictador era solo "la punta del iceberg".
Hoy Isabel Celaá, portavoz del Gobierno en funciones, decía que el Valle de los Caídos cobra ahora un nuevo sentido, ya que en él "solo quedan víctimas a las que recordar", "víctimas del odio, víctimas distintas, sí, pero que comparten la misma condición, la de haber sido víctimas". De ahora en adelante, se ha mostrado convencida de que cualquier gobierno democrático avanzará en la dirección de la memoria y la dignidad de las víctimas, "en el valle o en las cunetas". Además ha añadido que desde el ejecutivo abren ahora un espacio para la reflexión del futuro del valle bajo un objetivo, que sea "un espacio que ayude a la memoria de las víctimas y que no ofenda a nadie".
Respecto a los gritos que se pudieron escuchar por parte de la familia a la salida de la basílica, entre los que hubo un "¡Viva Franco!" la portavoz socialista ha declarado que desde el Gobierno no van a tomar medidas, tampoco contra la exhibición de la bandera preconstitucional a la salida de Mingorrubio ni contra el uso, a pesar de estar prohibido, de móviles dentro del cementerio. En Cuelgamuros los teléfonos fueron requisados a la entrada, al igual que una bandera franquista que portaba uno de los nietos del dictador, la misma que se puso encima del ataúd en 1975.