Catalunya celebrará este viernes 11 de septiembre una Diada marcada por la pandemia del coronavirus, que ha limitado todos los actos y movilizaciones que venían siendo habituales en los últimos años principalmente por las reivindicaciones del independentismo. Pero ya ha arrancado con incidencias en la circulación de trenes. Diversos actos vandálicos perpetrados de madrugada están provocando incidencias en la circulación de trenes entre Girona y Barcelona, según ha informado Renfe.
Un incendio en las vías ha impedido la circulación del primer AVE del día, que tenía que salir de Figueres a las 6:30; del día así como de los trenes de la R-11. Para minimizar la afectación, la parte del recorrido entre Barcelona y Madrid circulará en otro tren que garantizará la movilidad de los usuarios. Hasta las ocho de la mañana, cuatro trenes han sufrido afectaciones, de los que dos de ellos son de conexión internacional con Francia.
Asimismo, un pequeño incendio ha causado daños en la señalización en el tramo entre Riells y Vilobí d'Onyar, donde hay retrasos en la circulación de trenes. En la zona de Lleida, según informa el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) también se han producido dos actos vandálicos en las líneas que conectan con Les Borges y Montagut. En este caso las afectaciones han sido mínimas en las instalaciones y los trenes podrán moverse con total normalidad.
El presidente de la Generalitat, Quim Torra encendió la mecha de la Diada más atípica en el discurso de la pasada noche pidiendo un "acto solemne" en el que el presidente, Pedro Sánchez, y el jefe del Estado --el Rey Felipe VI-- se disculpen públicamente por el fusilamiento del expresidente de la Generalitat Lluís Companys. En el mensaje institucional con motivo de la Diada, emitido por TV3 ha recordado que este año se conmemora el 80 aniversario del asesinato de Companys y "España todavía no ha asumido su responsabilidad ni ha pedido disculpas al pueblo de Catalunya". "En esta Diada, exijo al Gobierno español un acto solemne en el que el jefe del Estado y el jefe del Gobierno, públicamente, pidan disculpas por la persecución, detención y fusilamiento del presidente Companys y de todos los miles de catalanes muertos en el exilio, en los campos nazis de concentración o en las prisiones catalanas", manifestaba.
Torra ha subrayado que la historia de Catalunya no es una historia fácil y que "solo se explica en términos de la aspiración de los catalanes para recobrar su libertad", y lo ha ejemplificado con lo que ha ocurrido desde el 1-O. "Nuestra historia es un combate persistente por la esperanza. Lo ha sido también durante estos casi tres años desde el referéndum del 1 de octubre ante toda la represión que ha descargado el Estado español contra demócratas pacíficos", ha afirmado. Así, ha recordado a los presos del 1-O y a los dirigentes independentistas en el extranjero, que "sufren aún hoy una persecución política propia de un Estado autoritario y vengativo".
Sin embargo, el jefe del Ejecutivo catalán ha confiado en que lograrán persistir hasta conseguir la independencia: "Persistimos y persistiremos en esta voluntad democrática por la libertad hasta conseguir la plenitud nacional de nuestro país, la independencia". Según él, lo harán con el "espíritu inclusivo y emprendedor" que caracteriza a la sociedad catalana y con el objetivo de mejorar la vida de todos los catalanes y de los que vivirán en Catalunya en un futuro, vengan de donde vengan.
La Diada de este año llega en un contexto de alerta por los posibles rebrotes de Covid-19, por el que siguen vigentes medidas de seguridad como el uso obligatorio de la mascarilla y la prohibición de las reuniones de más de 10 personas, y se produce tres días antes de comenzar el curso escolar, una de las fechas marcadas en rojo en el calendario desde hace meses por la excepcionalidad de la pandemia.
En esta situación, las grandes manifestaciones que se han producido cada 11 de septiembre en Catalunya desde el inicio del proceso independentista en 2012 han quedado reducidas y la cita principal de este año serán las concentraciones descentralizadas que han convocado la ANC, Òmnium y la Associació de Municipis per la Independència (AMI).
Con la imposibilidad de hacer una movilización masiva, las entidades soberanistas han optado este año por hacer 107 concentraciones repartidas en todo el territorio catalán, que comenzarán a partir de las 17.00 horas, tendrán un aforo limitado y en las que se garantizarán medidas sanitarias: solo podrán acceder las personas que se hayan inscrito, serán concentraciones estáticas en las que los participantes estarán separados por dos metros de distancia y llevarán mascarilla obligatoria.
De esta manera, en esta Diada no se producirá el debate de los últimos años sobre las cifras de asistentes a las manifestaciones independentistas del 11 de septiembre, que se utilizaba para percibir el estado de ánimo del soberanismo.
El acto central se hará a las 17.30 en la plaza Letamendi, donde intervendrán los dirigentes de las entidades, y la ANC también ha hecho un llamamiento a la ciudadanía a salir a los balcones a las 17.14 --la hora en la comenzaba la manifestación de cada Diada-- para reivindicar la independencia de Catalunya.
La presidenta de la ANC, Elisenda Paluzie, afirmó que el objetivo de la Diada de este año es compatibilizar las medidas de seguridad por el Covid-19 y el derecho a la manifestación para reclamar la independencia, pero sin que haya movilizaciones masivas, y defendió que el riesgo de contagio en estas concentraciones será muy bajo, aunque admitió que "el riesgo 0 no existe".
En los últimos días varias voces han reclamado no convocar estas movilizaciones y evitar aglomeraciones. De hecho, el secretario de Salud Pública de la Generalitat, Josep Maria Argimon, ha recomendado evitar las concentraciones de la Diada: "No considero muy oportuno una llamada a las concentraciones".
De hecho, a diferencia de las manifestaciones de los últimos años, ningún miembro del Govern asistirá a las concentraciones, aunque desde el Ejecutivo catalán han insistido en que se debe garantizar el derecho a la manifestación, pero han pedido responsabilidad para evitar contagios.
La agenda del Govern en la Diada de este año será mínima, ya que han anulado muchos de los actos habituales, y se limitará a la ofrenda floral tradicional en el monumento de Rafael Casanova, a la que solo acudirán el presidente de la Generalitat, Quim Torra, el vicepresidente, Pere Aragonès, y la consellera de Presidencia, Meritxell Budó, en lugar de todos los miembros del Ejecutivo. Además, el acto institucional de esta edición que se emitió el jueves a las 22.00 horas por TV3, no fue presencial y se grabó previamente, y ningún acto tendrá público.
Los partidos, que llegan a la Diada con la incógnita sobre qué hará Torra si el Tribunal Supremo confirma su inhabilitación en las próximas semanas y con la incertidumbre de si habrá elecciones en los próximos meses, también se han visto obligados a restringir su actividad. Aparte de las ofrendas al monumento de Casanova, el candidato de Cs a las elecciones y jefe de la oposición, Carlos Carrizosa, emitirá un mensaje dirigido a la ciudadanía; ERC hará un acto propio de manera telemática; Òmnium organizará el suyo sin convocar a la gente; SCC también planea una rueda de prensa y una acción, y la CUP convoca la tradicional manifestación de la Izquierda Independentista a las 19.00 horas, aunque en esta ocasión será estática por el coronavirus.
El presidente del Parlament, Roger Torrent, ha pedido este viernes al Gobierno que afronte el conflicto catalán para buscar una solución y lograr que este año sea "la última Diada con presos y exiliados". En declaraciones a los medios tras la tradicional ofrenda floral en el monumento de Rafael Casanova por la Diada, que este año se ha hecho sin público y sin la banda de música que interpretaba 'Els Segadors', ha acusado al Gobierno de no tener voluntad de resolver el conflicto y de estar "acomplejado por la presión de la extrema derecha", y ha insistido en una solución democrática basada en la amnistía y la autodeterminación.
Torrent considera que esta Diada llega con un doble reto: el de la crisis provocada por la pandemia del coronavirus --que cree que se debe combatir poniendo la vida en el centro y rehuyendo de los errores del pasado-- y el de la "crisis democrática".