El aumento de contagios por coronavirus en Andalucía comienza a preocupar a los hosteleros y a todo el sector servicios, que temen que una quinta ola rompa las esperanzas del turismo para este verano de 2021. Tres municipios están a punto de imponer el toque de queda, que terminaría con los botellones y las aglomeraciones nocturnas.
Marbella (Málaga), Conil de la Frontera (Cádiz), Villanueva de Córdoba y Pozoblanco (Córdoba) son los municipios andaluces de más de 5.000 habitantes que superan la tasa de 1.000 casos de Covid-19 por cada 100.000 habitantes en 14 días fijada por la Junta como criterio para decretar cierre perimetral y toque de queda con aval judicial.
La Junta de Andalucía, a propuesta del Comité Regional de Alto Impacto en Salud Pública (Comité de Expertos), ha decidido proponer la limitación de movilidad en horario nocturno entre las 2,00 y las 7,00 horas en aquellos municipios con más de 5.000 habitantes que presenten una incidencia acumulada a 14 días de más de 1.000 casos por 100.000 habitantes.
Esta propuesta será validada por los Comités Territoriales de Alto Impacto en Salud Pública este jueves, una vez que se hayan evaluado todos los parámetros epidemiológicos. En el caso de los municipios con menos de 5.000 habitantes, se hará evaluación específica. Esta medida deberá ser posteriormente ratificada por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA).
El vicepresidente de la Junta y consejero de Turismo, Regeneración, Justicia y Administración Local, Juan Marín, ha insistido este jueves en señalar que la situación hospitalaria en Andalucía es actualmente "asumible" pese al incremento de ingresos que se está produciendo en los últimos días de pacientes con Covid-19, y espera que el verano acabe desarrollándose con "normalidad" pese a la pandemia.
El vicepresidente ha subrayado que, "si hay que llevar a cabo la petición de algún toque de queda por recomendación del Comité de Alerta de cada provincia, así lo haremos", porque desde la Junta siempre han actuado "igual", atendiendo a las recomendaciones de los comités de expertos.
Además, ha defendido que el Gobierno andaluz busca "hacer compatible el seguir salvando vidas" sin "parar" la "actividad productiva", y al hilo ha puesto de relieve que "ahora mismo estamos en nivel 1-nivel 2" de alerta sanitaria "en la inmensa mayoría de la comunidad autónoma", y con una "situación hospitalaria que es asumible".
Al respecto, ha destacado que "ya se está vacunando a esa población también, con lo cual esperamos que esto finalmente pueda ser definitivamente controlado, que no tengamos que sufrir una quinta oleada, que es lo que estamos, por supuesto, intentando evitar todo el mundo en todos sitios, y que realmente el verano se pueda desarrollar con normalidad", según ha zanjado el vicepresidente andaluz.
El alcalde de Conil de la Frontera (Cádiz), Juan Manuel Bermúdez (IU), ha manifestado su "satisfacción" tras oír el planteamiento de nuevas medidas anunciado por el consejero de Salud y Familias de la Junta de Andalucía, Jesús Aguirre, tras la reunión del Comité de Expertos, donde se incluye el toque de queda.
En una nota, el Ayuntamiento ha señalado que una de las medidas más llamativas del nuevo paquete es sin duda el toque de queda nocturno, que precisamente el alcalde lleva reclamando desde el incremento de casos en Conil.
"Cuando empezó a subir rápidamente la tasa y el número de positivos, ante la gran afluencia de personas a nuestro municipio y las incidencias por aglomeraciones tras el cierre de los establecimientos, a las 2 de la madrugada, ya planteamos a la Consejería de Salud que lo veíamos como una medida necesaria", ha señalado el alcalde.
En este sentido, ha indicado que las aglomeraciones se producían en distintos sitios de la población y la Policía Local ha hecho un "gran esfuerzo" por acudir a todas las llamadas que tenían donde avisaban de estos comportamientos con gran riesgo de trasmisión, que además ocasionaban alarma y molestias en vecinos y visitantes.
Así, ha explicado que la mayoría se concentraban en el horario nocturno tras el cierre de los establecimientos de ocio y restauración, y salvo que consumieran alcohol en la calle, no era sancionable, aunque sí procedíamos al desalojo de los espacios donde se concentraban.