Tras arrasar con Todoque entero, la lava del volcán de La Palma amenaza nuevas zonas que hasta ahora no estaban en riesgo. Y es que tras el derrumbe del cono norte, la lava cae con más fuerza. Esta noche, las atronadoras explosiones han vuelto a ser las protagonistas y son muchos los que han decidido recoger sus enseres por si sus casas resultan finalmente afectadas en La Laguna.
Esta es la cuarta semana de erupción del volcán de La Palma. La nueva colada originada este sábado tras otro derrumbe de la pared norte del cono principal ha engullido lo poco que quedaba en pie en Todoque, una zona ya inexistente en la isla bonita. Y es que la lava va ahora a una velocidad de 700 metros la hora, imparable.
Esta ruptura ha provocado un importante incremento de lava, con productos sólidos y causando la salida de grandes bloques, que eran arrastrados por la colada de lava. Algunos de esos bloques han sido captados por las cámaras que vigilan de cerca la erupción de La Palma.
Las rocas, algunas incandescentes, son de la dimensión de un edificio de tres pisos y han rodado ladera abajo con una facilidad sobrecogedora. Con temperaturas de hasta 1240 grados, una de las nuevas coladas de lava ha arrasado las últimas construcciones que aún quedaban en el norte de Todoque.
Los vecinos de La Laguna aún no han sido desalojados. Pero saben que podrían tener que dejar sus casas en cualquier momento, si la nueva lengua de fuego se extiende a lo ancho. Muchos vecinos han empaquetado y recogido todas sus cosas.
Los meteorólogos advierten de que el viento puede cambiar hoy y dirigir el penacho de humo y ceniza hacia el oeste. Eso afectaría al aeropuerto de La Palma y tal vez al de Tenerife.
Hasta ahora la lava del volcán de La Palma ha arrasado 525 hectáreas, 132 de cultivo en una de las zonas agrícolas de todo el archipiélago, y 1.280 construcciones –otras 100 están ahora en riesgo-.