"Me sale el PSOE por los poros de la piel". Esa frase, pronunciada por Susana Díaz en 2017 ante los militantes de Triana, define a una mujer que lo ha sido todo en el socialismo andaluz. Tiene el carné del PSOE desde los 17 años. "Vive para y por el partido", dicen los que la conocen. Ingresó en las Juventudes Socialistas siendo adolescente y desde entonces ha ido escalando hasta ser secretaria general del PSOE de Andalucía, la federación más poderosa de los socialistas. Intentó cruzar Despeñaperros y dar el salto a la política nacional, pero se topó con Pedro Sánchez y perdió.
Conoce los entresijos del partido como nadie. Ha controlado al PSOE andaluz con mano de hierro, durante un tiempo nadie le tosía, y en él ha forjado su carrera política. Ha sido concejala en el Ayuntamiento de Sevilla, diputada autonómica, nacional, senadora y presidenta de la Junta de Andalucía. Muchos la han dado por muerta en varias ocasiones, pero Díaz, en su momento la baronesa con más poder en el PSOE, se ha ido reinventando para dar todas las batallas.
Nació el 18 de octubre de 1974, en una familia humilde de la que siempre ha presumido. Su padre, fontanero, su madre, ama de casa. "Yo soy de la casta de los fontaneros, nieta, hija y sobrina de fontaneros. Esa es mi casta", le espetó a Podemos en 2014. Siempre ha llevado a gala sus orígenes. Susana Díaz sigue viviendo en su barrio de toda la vida, El Tardón, en Triana. Está casada y tiene dos hijos.
Díaz es licenciada en Derecho, aunque tardó más de 10 años en acabar la carrera. Por aquel entonces le interesaba más la política que las leyes. Compaginó además sus estudios con clases particulares y con la venta de productos cosméticos a domicilio. Desde las Juventudes hasta la Secretaría General del PSOE andaluz, donde llegó en 2013, Susana Díaz ha ocupado todos los cargos orgánicos. En el área de Organización aprendió a manejar los resortes del partido, a dominar el aparato. Nada se movía sin que ella lo supiese: "De Pulpí a Ayamonte, todo lo que pasa bajo mi mandato, me entero".
2013 fue su año. Poco antes de convertirse en la líder de los socialistas andaluces alcanzó la presidencia de la Junta de Andalucía. José Antonio Griñán renunció al cargo acosado por el caso de los ERE y nombró a Díaz como sucesora. Fue la primera mujer en ser investida presidenta de la Junta. En 2015 ganó las elecciones y ha ocupado ese cargo hasta el 18 de enero de 2019.
Uno de sus momentos más amargos fue en diciembre de 2018. Ganó las elecciones autonómicas, pero no obtuvo los votos suficientes para impedir que el PP pactase con Ciudadanos, -y con el apoyo de Vox-, le arrebatase la Junta. Fue el fin de 36 años ininterrumpidos de poder socialista en Andalucía. EL PSOE perdió más de medio millón de votos en tres años en su principal bastión.
Pero si hay un episodio que marca la vida política de Susana Díaz es su guerra fraticida con Pedro Sánchez. La ambición de la sevillana la llevó a disputar el liderazgo del partido al que era el secretario general. En la memoria de los socialistas quedará grabado a fuego para siempre el convulso y traumático comité federal del 1 de octubre de 2016, donde Díaz forzó la dimisión de Sánchez. Los pactos con los partidos independentistas o la abstención a una posible investidura de Mariano Rajoy fueron el telón de fondo.
Una batalla interna que rompió al PSOE y que acabó con unas primarias a las que Susana Díaz se presentó frente a Pedro Sánchez y perdió a pesar de tener a todo el partido detrás y el apoyo de todos los referentes históricos del PSOE como Felipe González, Alfredo Pérez Rubalcaba o José Luis Rodríguez Zapatero. La candidata del aparato derrotada por el candidato de la militancia. Fue el golpe más duro que ha sufrido en su vida política.
En más de una ocasión ha dicho que aquél fracaso le sirvió para aprender de los errores cometidos. Susana Díaz ha demostrado ser una superviviente. Tras las primarias, intentó enderezar públicamente su relación con Sánchez, aunque las heridas siempre han permanecido abiertas. También siguió como líder de la oposición en el Parlamento andaluz cuando perdió la Junta aunque muchos pensaron que tiraría la toalla.
En ese tiempo, ha pulido su imagen y ha limado sus aristas. En la campaña de las primarias para elegir al candidato del PSOE a la presidencia de la Junta, ha mostrado un aspecto juvenil con camisetas con mensajes positivos como "Positive Energy", "Choose Empathy", "Future is female" o "Felicidad para todos".
Susana Díaz es incansable, aseguran sus colaboradores. Le dedica al partido las 24 horas del día. Donde más cómoda está es en las distancias cortas, con los militantes. Ahí es donde se crece, se deja querer y recuerda cada cara y cada nombre. Se ha pateado las agrupaciones desde hace casi 30 años. Forofa del Betis, aficionada a los toros y devota de la Esperanza de Triana y de la Virgen del Rocío es una apasionada de la Semana Santa y una asidua a la Feria de Abril.