Más Madrid y su candidata, Mónica García, han logrado un histórico 'sorpasso' al PSOE en las elecciones autonómicas de este martes, convirtiéndose en la primera fuerza política de la izquierda madrileña, si bien su ascenso ha quedado deslucido por la aplastante victoria del PP de Isabel Díaz Ayuso.
Por un exiguo margen de unos 4.000 votos, (614.660 frente a los 610.190 del PSOE, con casi el 100% escrutado) ha sido una escisión de Podemos la que ha conseguido en Madrid aquello a lo que aspiró, sin éxito, el partido de Pablo Iglesias: imponerse al aparato socialista y colocarse como primera opción en el espectro de la izquierda. No quería Mónica que nadie le hiciera el trabajo sucio, y a fe que lo ha logrado. Ella se bastaba.
Con este porcentaje, el PSOE habría obtenido 24 escaños, trece menos que en las elecciones autonómicas del año 2019, en tanto que Más Madrid, habría sumado cuatro nuevos diputados a los 20 que ya tenía.
La importante subida de este partido se debe en buena parte a su potente implantación en el municipio de Madrid, donde la candidatura de Mónica García es la segunda fuerza más votada, solo por detrás del PP.
Mónica García ha asumido esta noche el liderazgo de la oposición al PP de Isabel Díaz Ayuso tras superar en votos al PSOE, arrogándose "el compromiso y la responsabilidad de ser la fuerza política que lidere la alternativa y el cambio en la Comunidad".
Y llama la atención que, en unas elecciones marcadas por su interpretación en clave nacional, uno de los mayores vencedores haya sido precisamente el partido con menos intereses cruzados allende las fronteras de Madrid. Ese carácter de formación netamente madrileña ha sido una de las bazas más empleadas por García en una campaña en la que ha jugado constantemente entre la negativa a ser partícipe del "fango" y el "ruido" y los continuos ataques a Ayuso y a la candidata de Vox, Rocío Monasterio, destinatarias de sus dardos en cada una de sus intervenciones públicas.
Aunque parecía difícil superar el empuje que tenía en 2019 el tique electoral de Más Madrid, con la exalcaldesa Manuela Carmena buscando la reelección e Íñigo Errejón presentándose a la presidencia regional, García ha abanderado una subida sin paliativos: de 20 a 24 escaños, del 14,69 % al 16,97 % del escrutinio y de 475.672 a 614.572 votos. De este modo empata a escaños con el PSOE pero lo supera en número de votos, un éxito enturbiado por la victoria del PP, pero éxito al fin y al cabo: los gritos de júbilo que han llenado la sede de Más Madrid al consumarse el adelanto no han dejado lugar a la duda.
Las urnas dejan a García como líder de la oposición a Ayuso, rol que la candidata ha reclamado inmediatamente en su primera comparecencia con los resultados sobre la mesa. "Esta noche se demuestra que hay un espacio político verde, feminista y madrileño que no sólo se consolida, sino que además tiene un amplio margen de crecimiento", ha dicho García, que se ha arrogado "el compromiso y la responsabilidad de ser la fuerza política que lidere la alternativa y el cambio en la Comunidad".
No obstante, en cierto modo Más Madrid no ha hecho sino confirmar en las urnas una sensación ya bastante prevalente: la de que había sido el auténtico estandarte de la oposición a Ayuso durante la pandemia, por encima del PSOE.
Aprovechando su oficio de médica, García es desde hace un año una de las voces más visibles y críticas contra la gestión del Gobierno autonómico, y ha gozado de un amplio altavoz mediático para sus reproches contra la situación en las residencias de mayores, el colapso de la Atención Primaria o la construcción del hospital Enfermera Isabel Zendal. El desconocimiento de base con el que partía García, que se veía como un hándicap, ha acabado representando un margen de mejora explotado al máximo por una candidata que ha sacado partido a su condición de médico, mujer y madre, en una campaña humilde, con pocos mítines en fechas y lugares elegidos cuidadosamente y mucha presencia en medios y redes sociales.
El resultado de Más Madrid reivindica en buena medida otra apuesta, la que hizo al rechazar coaligarse con Unidas Podemos cuando Pablo Iglesias anunció su candidatura a los comicios. Habrá quien diga que a la izquierda, claramente derrotada en estas elecciones, le habría ido mejor si hubiera aunado fuerzas, pero en lo que a su partido respecta los resultados le han dado la razón a García; ahora Iglesias está en la puerta de salida de la política y Más Madrid se presenta como la esperanza del bloque progresista en la región.
Lejos queda ahora 2019, cuando Más Madrid debutó en las urnas entre sinsabores, ya que si bien ganó las elecciones municipales de la capital, Manuela Carmena perdió la alcaldía, dejando la actividad pública inmediatamente después. Más Madrid sufrió además la temprana baja de su candidato, Íñigo Errejón, que apenas dos meses después de los comicios abandonó la Asamblea para presentarse a las elecciones generales como líder de Más País, que puede ganar impulso también a nivel nacional con la victoria de García en la comunidad madrileña.
La formación se ha ido rehaciendo poco a poco de esa repentina orfandad de liderazgo, y un proceso de organización abordado el año pasado dio a García las riendas de la dirección interna a nivel regional. De médico a activista, de activista a diputada (primero de Podemos), de diputada a jefa interna de su partido y de ahí a vencer al PSOE y erigirse en líder de la oposición a Ayuso. Como siguiente objetivo de García tocará la presidencia autonómica, y en medio de la debacle coral de la izquierda se ha hecho con la 'pole position'.