La furia del volcán de La Palma no cesa. La deformación del terreno y el aumento de los niveles de dióxido de carbono indican que la erupción en Cumbre Vieja no parará en mucho tiempo. Además, los terremotos se repiten constantemente y cada vez se sienten más, no solo por los palmeros sino también en otras islas canarias.
Tras el terremoto de ayer en la isla de La Palma, de magnitud 4.8 y de intensidad IV y que fue sentido además de en la Isla Bonita en Tenerife, El Hierro y La Gomera, se produjo un colapso hacia dentro del cono. Eso produjo que una gran cantidad de lava fluyera por las coladas primigenias hacia el mar.
Con este panorama, todos los científicos coinciden en señalar que el volcán está muy lejos de cesar su actividad. De hecho, el nivel de gases expulsados –ayer se cifró en 40.800 toneladas de dióxido de azufre- y la deformación de la isla son muestras de que aún queda mucha actividad volcánica.
“El fin de la emergencia está lejos. Hay erupción para un tiempo medio largo”, ha asegurado el director técnico del Pevolca, Miguel Ángel Morcuende. El volcán de La Palma sigue emitiendo gran cantidad de lava que está circulando por encima de coladas anteriores, especialmente las “primigenias”, las denominadas coladas 1 -la única que ha llegado al mar- y la 4.
La deformación detectada ayer sobre el terreno es de hasta 10 centímetros. Según María José Blanco, jefa del Centro Geofísico en Canarias del Instituto Geográfico Nacional (IGN) y portavoz del comité científico de Pevolca, este patrón se ha registrado dos veces anteriores. Blanco dijo que debían corroborar los datos por si la estación de medición estaba afectada. No obstante, dijo que de ser ciertos indicaría que hay “un aumento de acumulación de material magmático debajo y a nivel superficial” por lo que se podrían abrir otras bocas en el entorno del cono y de la estación, pero siempre, abundó, “en la zona de exclusión”.
La elevada sismicidad sigue siendo abundante a una profundidad de entre 10 y 15 kilómetros. A más de 20 kilómetros la magnitud es elevada “pero se están dando con menor frecuencia”, ha explicado Blanco. Ayer se registró un terremoto de 4,8 para un evento a 36 kilómetros de profundidad y con una intensidad de 4. Blanco insistió, como ya ha reiterado en días anteriores, que es posible que se den sismos de mayor intensidad, hasta 6. “Ayer tuvimos un día sísmico muy potente”, señaló Morcuende.
En estos momentos hay en albergues “452 personas, una menos que ayer. 387 en Fuencaliente y 65 en Los Llanos de Aridane”, ha dicho Morcuende.
Además, 38 personas dependientes están en centros sociosanitarios de la isla- ocho menos que la semana pasada. Por los datos del catastro, hay 1.291 edificaciones afectadas, “cuatro más”, según el director técnico de Pevolca. Del total, 1.038 edificaciones tenían uso residencial, 135 agrícola, 64 industrial, 30 de ocio y hostelería, 11 público y 14 otros usos.
Sin embargo, para el satélite Copérnicus, las edificaciones o construcciones afectadas son 2.286, de ellas destruidas están 2.162 y en riesgo 124.