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Pedro Sánchez exhibe una imagen de fortaleza tras aprobar sus segundos Presupuestos Generales del Estado con una amplia mayoría del Congreso de los Diputados. 11 partidos diferentes que suman 188 escaños han votado a favor de las cuentas públicas para 2022, las que el Gobierno de coalición ha bautizado como los de "la recuperación justa". Un espaldarazo para el presidente que encarrila la legislatura para poder agotar su mandato. El horizonte de estabilidad parlamentaria se la ofrecen los socios de investidura, una mayoría que se mantiene fiel y que el Gobierno se ha trabajado en las negociaciones presupuestarias.
188 votos han dado luz verde a las secciones y diferentes dictámenes del Presupuesto. Ha habido 159 votos en contra y 1 abstención. El presidente del Gobierno ha asistido a la votación junto a varios miembros de su gabinete que desde el banco azul han aplaudido durante un minuto y medio a una exultante ministra de Hacienda. María Jesús Montero ha trasladado que la derecha, "instalada en el cuanto peor, mejor", es la única que no se alegra de un proyecto "imprescindible" para la gestión de los fondos europeos y para blindar el bienestar de los ciudadanos.
Los Presupuestos continuarán ahora su tramitación en el Senado. Algunos partidos como el PNV quieren mantener la negociación abierta hasta el final y poder introducir cambios en la Cámara Alta. El Gobierno no está por la labor de modificar nada. Fuentes del Ejecutivo confían en no tocar las cuentas y que el proyecto quede aprobado definitivamente por los senadores sin que tenga que volver al Congreso.
ERC y PNV son los aliados prioritarios, pero en la lista de formaciones que apoyan al Gobierno están EH Bildu, el PDeCAT, Más País, Compromís, Nueva Canarias, el PRC y Teruel Existe. Sánchez ha ampliado el respaldo que obtuvo en su investidura. En enero de 2020 consiguió 167 votos a favor, 165 en contra y 18 abstenciones, las de ERC y Bildu que ahora apoyan al Gobierno. También se han sumado al sí los 4 escaños del PDeCAT. Tan solo le ha abandonado el diputado del BNG que ahora ha optado por la abstención.
Todos han apretado las tuercas al Ejecutivo hasta el final en una negociación intensa en la que han conseguido desde inversiones en infraestructuras hasta traspasos de competencias o el blindaje de las lenguas cooficiales en la futura ley audiovisual. Una condición indispensable que los republicanos exigieron para dar su voto a favor. Esos partidos exigen que los compromisos se cumplan.
"Hemos llegado al Black Friday de los Presupuestos", ha ironizado Gabriel Rufián en su turno de intervención final tras cuatro días de debate. Ha subrayado que las "izquierdas" están "simplemente frenando retrocesos" y ha reclamado a las fuerzas progresistas que, en este "tiempo duro", "primero ganemos el suelo, antes de prometer el cielo".
En el bloque del no están PP, Vox, Ciudadanos, Junts, UPN, la CUP, Foro Asturias y Coalición Canaria. Los partidos de la derecha, que no se han sentado con el Gobierno, rechazan unas cuentas que consideran "papel mojado" porque están basadas en unas previsiones económicas falsas. Tanto Pablo Casado, como Santiago Abascal o Inés Arrimadas los han calificado en varias ocasiones como "los Presupuestos de la ruina".
Pero especialmente han cargado contra Sánchez por sus pactos y lo que consideran "cesiones" a los independentistas catalanes y vascos. Durante toda la tramitación han puesto el acento en las palabras que Arnaldo Otegi pronunció hace un mes ante un grupo de militantes: "Si para sacar a los 200 presos que tenemos hay que votar los Presupuestos, los votamos".
Para Elvira Rodríguez, del PP, los PGE son una "oportunidad perdida" que había que aprobar al precio que hiciese falta, incluyendo pagar a Bildu. "Una vergüenza", ha enfatizado. A juicio del portavoz de Vox, Iván Espinosa de los Monteros, Sánchez se ha olvidado de los españoles y ha priorizado "mantener el sanchismo". Se han cruzado todas las líneas rojas, denuncia el partido de Abascal, que ha concluido que "el PSOE hoy se apoya en basura", en alusión a Bildu.
"Son unos Presupuestos sin corazón y sin alma, desalmados", ha dicho en nombre de Ciudadanos, Edmundo Bal, que ha acusado a los socialistas de permitir que este país lo gobiernen ERC y Bildu.