Precisamente hoy, 23 de febrero, –día en que se han cumplido 40 años del fallido golpe de Estado del teniente coronel Antonio Tejero Molina (con el apoyo de destacados generales como Alfonso Armada o Jaime Miláns del Bosch), un hecho que todavía sobrecoge a quienes lo vivieron y que supuso momentos verdaderamente tensos para la democracia–, se ha procedido a la retirada de la última estatua del dictador Francisco Franco que quedaba en España.
Varios operarios la han quitado de la entrada del puerto de la ciudad de Melilla, de modo que en ningún municipio de nuestro país hay ya una estatua del caudillo. La retirada se ha llevado a cabo sin previo aviso y los trabajos se han prolongado durante más de una hora ante un fuerte despliegue policial y una significativa expectación, con varias personas acudiendo a la zona para inmortalizar el momento con sus cámaras y teléfonos móviles después de enterarse.
La operación se ha llevado a cabo un día después de que fuese votada en la Asamblea melillense, donde los tres partidos que conforman el Gobierno local (CPM, PSOE y Cs) y el diputado no adscrito, Jesús Delgado, votaron a favor de la retirada de la estatua, mientras el PP se abstuvo y Vox votó en contra.
Varios operarios han asegurado la estatua con un arnés colgado de una grúa y, a continuación, han empezado a picar la base de hormigón y ladrillo, donde había una placa con un escudo de la ciudad, otra con la inscripción "Melilla, al comandante de la Legión D. Francisco Franco Bahamonde 1921-1977", y una tercera con un bajo relieve en el que aparecían unos soldados.
Cuando los operarios han podido separar la escultura de su base, han elevado la estatua con la grúa y la han depositado en un camión, donde la han cubierto de plástico protector antes de su traslado.
Ha sido en ese momento cuando alguna de las personas que contemplaban la escena ha empezado a aplaudir, mientras otra gritaba "viva el comandante".
En el acto, como testigo, también ha estado retirada la secretaria general de Unidas Podemos en Melilla, Gema Aguilar, que, mientras grababa a los operarios picando la base, ha manifestado que su partido quiere saber dónde van a llevar la estatua y ha pedido que "no caiga en manos privadas de nadie".
Por su parte, el presidente de la Ciudad Autónoma de Melilla, Eduardo De Castro, había afirmado unas horas antes que la estatua, tras su retirada, "se guardará en instalaciones de la Ciudad Autónoma".
Mientras se estaban desarrollando los trabajos para retirar el monumento, el presidente melillense se ha referido a ello en su perfil de Twitter para poner en valor su coincidencia con las cuatro décadas que hoy se cumplen del golpe de estado del 23 de febrero de 1981.
"Se acaba de cumplir el mandato del pleno de la Asamblea de Melilla, que ayer apoyó la propuesta del Gobierno para retirar la estatua de Franco. Era la última en un espacio público de España. Retirada. 40 años después del 23F, damos cumplimiento a la Ley de Memoria Histórica", ha tuiteado De Castro.
Unas horas antes, ha afirmado que el Pleno donde se aprobó ayer esta retirada fue "histórico" y, a su juicio, se debería haber hecho "hace muchos años", por lo que "llega tarde"