Reino Unido ha decidido mantener el veto a España y no retirar al país de su lista de territorios en los que desaconseja viajar debido a la covid-19. Sin embargo, durante la tarde de este viernes han emitido una actualización según la cual se excluye a las islas Canarias.
"Ningún cambio se ha realizado para ninguna región de España. Continuamos desaconsejando cualquier viaje a España, salvo los esenciales", escribe la nota comunicada por el departamento de Exteriores, 'Foreign Office' (FCDO), que explica que ello "incluye las islas Baleares, pero incluye las Islas Canarias".
La nueva actualización supone alivio para la actividad económica en Canarias, pero el veto británico todos los demás territorios de España supone un auténtico varapalo para el sector turístico.
Se estima que la usencia de turistas procedentes del país supone unas pérdidas semanales valoradas en nada más y nada menos que 386 millones de euros semanales, comparando con los ingresos que tuvieron en junio de 2019, el año previo a la pandemia del coronavirus.
Zonas turísticas como Benidorm en estas fechas ya contarían con miles de visitantes británicos, pero la decisión del Ejecutivo de Boris Johnson ha caído como un auténtico mazazo.
Los preparativos, el optimismo y las buenas previsiones que tenía el sector turístico español se han venido en buena parte abajo, porque Reino Unido nos mantiene en “semáforo ámbar”.
“Ya nos estábamos haciendo ilusión… y otra zancadilla más”, lamentan los afectados, quienes dicen no entender “el porqué” mientras desean que el veto sea “levantado pronto”.
El turismo británico es nuestro mercado emisor principal. Recogiendo el citado ejemplo, en Benidorm el 40% de sus turistas son británicos. Ahora, afirman en algunos de los puntos más afectados, “la zona está muerta”.
En 2019, 18 millones de británicos nos visitaron, lo que supone prácticamente 1 de cada 4 turistas.
Ahora, muchos hoteles han visto cómo numerosos británicos que tenían hechas sus reservas las han cancelado tras la decisión de su Gobierno.
En este contexto, calculan que hasta agosto no tendrán al menos la situación que esperaban. Ansían que, por fin, con el avance de las vacunas, a España la sitúen en el ‘semáforo verde’, porque si no los británicos seguirán prefiriendo un destino que no les obligue a guardar cuarentena al regresar al país.