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Después de 10 días de tensiones en el Gobierno de coalición, PSOE y Podemos han llegado a un acuerdo sobre la reforma laboral. La paz ha llegado en la reunión de menos de una hora que han mantenido en Moncloa Pedro Sánchez con sus dos vicepresidentas enfrentadas, Yolanda Díaz y Nadia Calviño. A la cita también han asistido la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, la de Educación, Pilar Alegría, el de Inclusión y Seguridad Social, José Luis Escrivá, y la de Política Territorial, Isabel Rodríguez. Esta última ha sido una incorporación de última hora, por aquello de que en su calidad de portavoz del Ejecutivo, era un hecho de que el asunto iba a monopolizar su comparecencia de los martes tras del Consejo, justo al término de la cita entre ambos socios.
Moncloa ha emitido un comunicado donde dice que el Gobierno se compromete a aprobar antes de fin de año una "legislación laboral moderna" que revise los desequilibrios de la reforma de 2012 y deje atrás los problemas estructurales del nuestro mercado de trabajo.
El comunicado utiliza la palabra "derogación", la exigencia que ha hecho valer Unidas Podemos y Yolanda Díaz desde el principio. En las última comparecencias públicas, los socialistas habían evitado ostensiblemente pronunciar ese término, y optado por expresiones que parecían marcar distancias con la profundidad del cambio que reclama Podemos. Ahora, sin embargo, en el punto 1 del comunicado se asegura que el Gobierno está comprometido con "la derogación de la reforma laboral de 2012 en los términos que establece el acuerdo de coalición y el Plan de Recuperación enviado a la Comisión Europea". Y ha sido ratificado tanto por Yolanda Díaz como por Nadia Calviño.
La ministra portavoz ha intentado relativizar la desaparición y reaparición del vocablo de la jerga socialista. "Sería muy pobre reducir lo que está planteando el Gobierno a una cuestión semántica", ha dicho Isabel Rodríguez. Según ella, no se puede acometer una "derogación" de todo un marco laboral sin una alternativa previa. Y de ahí, ha dado a entender, el uso por parte de los socialistas de otras expresiones alternativas.
Lo importante, dice Rodríguez, es que el Gobierno no quiere quedarse en una "contareforma" de la legislación de la época de Rajoy sino hacer algo "más ambicioso". En concreto, ha hablado de "acompañar toda la transformación económica con un modelo de relaciones laborales que traiga mejores empleos". Además, y en este mismo enredo con la citada palabra, ha subrayado que "en el acuerdo de coalición y en el comunicado (el de este martes) están los mismos términos".
Tantas veces ha insistido Rodríguez en que lo de hoy ha sido una reafirmación del Gobierno en el compromiso que Sánchez adquirió en la investidura, en lo que luego se firmó en el acuerdo de Gobierno con Podemos y en lo que más tarde se ha trasladó a Bruselas que ha surgido la duda de si era necesaria una cumbre al más alto nivel para constatar lo constatado.
Ella entiende que sí. Ha apelado a la "pedagogía" y la "mejora continua" que requiere lo de gobernar en coalición y ha dicho que, dado que el Gobierno "no quiere los debates del pasado sino liderar la economía del futuro", su conclusión es esta: "Si eso requiere pararse una hora para revisar la metodología para que el trabajo sea más eficaz, pues bienvenida sea esa hora".
Según la Secretaría de Estado de Comunicación, la reunión se ha producido en un clima positivo y una actitud constructiva.
Estos son los tres puntos textuales del acuerdo que ha difundido Moncloa:
El acuerdo no entra al detalle de las posturas que cada uno de los socios pretende mantener en el debate de cada uno de los puntos que van ir surgiendo en este último tramo de la negociación de la reforma. Se parece más a una nueva declaración de intenciones con la que salvar el jaque de la reforma que se pretende. Trabajo y Economía, los dos ministerios más comprometidos, y enfrentados, tienen aún mucha discusión pendiente.
Los tres puntos acordados, en todo caso, delimitan de alguna manera el camino, en el que se han introducido un sinfín de reuniones para que los socios pueda "coordinar" su mensaje, así lo llaman ellos, y ya de paso hacerse un marcaje mutuo.
La portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, ha defendido que el Gobierno tiene claro que el objetivo es "un nuevo marco de relaciones laborales", que el tiempo para llevarlo a efecto es antes de que acabe el año, y que la "ambición" es hacerlo con acuerdo y dentro del diálogo social.
Rodríguez sostiene que el Ejecutivo siempre ha enmarcado ese nuevo marco en el compromiso expresado por el presidente del Gobierno en el debate de investidura, plasmado después en el acuerdo de coalición entre PSOE y Unidas Podemos y también en los documentos remitidos a la Comisión Europea.
La portavoz ha apostado por la discreción en esta fase "por el bien de la negociación". "Es más importante que el minuto y resultado", ha afirmado ante los continuos requerimientos de los periodistas de detalles concretos sobre cual será la postura del Gobierno en los asuntos en los que se prevén discrepancias entre los socialistas y Podemos. O con los agentes sociales. La prevalencia de los convenios, por ejemplo.
"Por el bien del objetivo, creo que toda negociación y desde luego una negociación enmarcada en el diálogo social, por respeto a los interlocutores, a la representación sindical y empresarial, exige por parte del Gobierno de la discreción necesaria para alcanzar el éxito en la negociación. ustedes podrán seguir preguntando pero entiendan que es mucho más importante el objetivo final que el intentar tener una información al minuto y resultado. Nos interesa mucho más el resultado final".
En Podemos, aún pendientes de discrepancias que puedan dase en el futuro, hay satisfacción por el resultado de esta primera cita. Entienden que se plasma el acuerdo de Gobierno. Una vez más y como si hubiera en algún momento corrido peligro su cumplimiento.
"Hoy han ganado los trabajadores", ha sido la frase con la que la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, ha celebrado el compromiso del Gobierno de coalición para, según ella, "derogar" la reforma laboral y "poner fin al modelo de precariedad laboral que diseñó el PP". Díaz entiende que, con el paso de este martes, el Gobierno lo que hará es es "cumplir" el acuerdo de coalición, en los términos recogidos en el componente 23 remitido a la Comisión europea.
Para los morados había varias cosas indiscutibles: hacer alusión explícita a la derogación en línea con lo que se plasmó en el acuerdo entre ambos socios y en el plan enviado a Bruselas. También que aparecieran en el comunicado conjunto referencias a la negociación colectiva, a la temporalidad y a la subcontratación. Los que se supone que van a ser los puntos más delicados para conjugar posturas en lo que queda de negociación.
Los de Yolanda Díaz valoran también muy positivamente que se reconozca la labor hasta ahora de los agentes sociales, con los que la ministra de Trabajo ha ido avanzando hasta ahora los parámetros más genéricos de la reforma, cuya negociación entra ahora en la última fase. La que promete emociones fuertes.