El aumento de contagios y el temor a la variante ómicron vuelve a convertir en esencial el trabajo de los rastreadores, ya que cada vez es más difícil saber donde y quién nos ha contagiado. Los contactos se multiplican y también la complejidad de seguir el rastro al virus. Durante el último mes un 20 % de los infectados dudaba, ahora mismo el 60% desconoce el posible origen del contagio.
Detectado un positivo, lo rastreadores empiezan su trabajo. Hablan por teléfono y hacen sus recomendaciones. Lo primero, un test de antígenos. En Madrid solo se rastrean a los convivientes. Informativos Telecinco entra en una de estas unidades en las que se atienden 1.800 incidencias que en las últimas semanas aumentan porque los contagios se multiplican. Ellos consideran que por 10.
Nos lo cuenta un militar que trabaja en La Rioja. Tienen problemas para que el paciente colabore y detalle sus contactos, por la proximidad de las fiestas. Desde hoy todo aquel que de positivo tendrá que estar aislado en Nochebuena y Navidad. "La gente se retrae porque eso puede impedir juntarse con la familia". Los contagios que provoca cada positivo también en aumento así que todos los rastreadores esperan que en las próximas semanas sigan incrementando su volumen de trabajo. Aunque gracias a la vacunación nadie espera un nivel de hospitalizaciones y fallecimientos de otras olas. Hasta el momento el colapso solo afecta a la atención primaria. A finales de diciembre y primera semana de enero esperan que todo vaya a peor.