La variante ómicron del coronavirus se ha convertido ya en el virus que se ha propagado a mayor velocidad en la historia. Poniendo en jaque a múltiples regiones, con Europa sumida en una marea de contagios y España registrando cifras récords de toda la pandemia, en apenas un mes es la dominante en prácticamente todo el mundo.
Que es mucho más contagiosa es ya una obviedad constatada en el ascenso diario de los contagios, hasta el millón desde el 13 de diciembre: “Una persona infectada puede contagiar a 10 personas más”, explica Marcos López Hoyos, de la Sociedad Española de Inmunología, mientras Salvador Peiró, del Instituto FISABIO Salud Pública, recuerda que “cuando nos distanciamos del tiempo en que nos pusieron las vacunas ómicron se transmite mejor”.
En este sentido, la vacuna también ayuda a evitar gravedad, aunque hay diferentes interpretaciones: “No afecta tanto al tracto inferior, a lo que son las células de pulmón”, señala López Hoyos.
Por su parte, Benito Almirante, de Enfermedades Infecciosas del Hospital Universitario Vall d’Hebron explica que ómicron “se está pareciendo más a los otros coronavirus que producen el resfriado común”, mientras Salvador Peiró apunta que la variante “en no vacunados parece algo menos grave que delta, pero muy poco menos grave”.
La mortalidad de ómicron es ahora una cuarta parte de la gripe: “Produce mucha menos mortalidad”, indica Almirante, y por eso los vulnerables deben estar vacunados de gripe y covid, como señala Joan Carles March, médico experto en Salud pública: “Una cosa que tenemos que hacer es vacunar de la gripe y vacunar del covid”, recalca.
En lo que todos coinciden, por otro lado, es en que “si tenemos cinco veces más contagios acabamos teniendo más gente en los hospitales”, como recuerda Peiró, mientras López Hoyos del mismo modo advierte: “Llegará un momento en que el lavabo se desborde y el agua salga por fuera y nos sature”; un coste muy alto para los que piensan que ómicron se frenará sin restricciones cuando nos contagie a todos.