Con los resultados electorales sobre la mesa, esta mañana, Pedro Sánchez reúne a su ejecutiva. El PSOE gana las elecciones (120 escaños) pero con un panorama más complicado que en abril. Con el Congreso más dividido y lejos de los resultados de las encuestas del CIS. Sánchez promete que habrá formación de Gobierno. Asegura que hablará con todos los partidos, salvo Vox.
Salida triunfal, la de los ganadores, al escenario montado en Ferraz. Pedro Sánchez presume de tercera victoria electoral este año, pero dice basta: "Nuestro plan no es continuar ganando elecciones, nuestro plan es formar un gobierno estable".
Y es aquí donde empiezan los problemas porque lejos de lo que pidió al convocar las elecciones, los españoles le han quitado tres escaños, pierde casi ochocientos mil votos, y la gobernabilidad sigue igual de complicada.
Detrás de la estrategia, su jefe de gabinete mientras Sánchez insiste: "Esta vez sí o sí conseguiremos un gobierno progresista".
Pero la militancia no acaba de ponerse de acuerdo en el cómo. "Con Casado no"; "Con Iglesias sí"; "Dejadnos gobernar"… Son las voces que se escucharon ayer en la calle Ferraz.
Sánchez tampoco lo aclara pero pide a todos los partidos menos a Vox que le faciliten gobernar: "Hago un llamamiento a los demás partidos para que con generosidad y responsabilidad ayuden a desbloquear este Gobierno progresista”. Hoy, dice, se pone a trabajar.