Muchos sanitarios están intentando dar un toque de humor ante la situación tan complicada que viven día a día en los hospitales por la crisis sanitaria del coronavirus. Este domingo debía haber empezado la Semana Santa con el tradicional Domingo de Ramos, y en Andalucía, uno de los lugares por excelencia de las procesiones cristianas, un grupo de médicos no han querido dejar pasar el año sin su procesión.
Así, en un hospital de Málaga, los sanitarios han celebrado su propia Semana Santa, a la que no le ha faltado ningún tipo de detalle. En los pasillos del centro han organizado una procesión que ha desfilado, con música y todo tipo de detalles.
Algunos de los asistentes a esta peculiar versión de la Semana Santa, con el COVID-19 como protagonista, llevaban los escudos de algunas de las cofradías más importantes de la ciudad. En este desfile no ha podido faltar tampoco la imagen de un pequeño Cristo, que ha sido transportado por los sanitarios en un carrito de material médico.
El vídeo, que ha sido compartido en las redes sociales, ya se ha vuelto viral y ha recibido los comentarios de cientos de personas que han agradecido el buen humor que este grupo de sanitarios ha intentado poner para olvidar por unos momentos los duros días de trabajo que están viviendo.
La procesión de estos sanitarios no ha sido el único ejemplo que hemos visto en varios hospitales españoles. hace solo unos días, un grupo de técnicos de radiodiagnóstico compartió, también a través de las redes, su granito de arena para amenizar esta crisis.
Así, vestidos con sus trajes de faena y en medio de un pasillo en uno de sus descansos, un grupo de sanitarios del Hospital Infanta Sofía de Madrid decidieron compartir su coreografía grupal al ritmo de Beyoncé para dar su toque de alegría en estos momentos de tensión.
El papel de los sanitarios en todo el mundo está en el punto de mira: con su esfuerzo y su trabajo están consiguiendo frenar el avance del COVID-19 en unas condiciones extremas. Por ello, los ciudadanos agradecen cada día a las 20 horas su labor con un aplauso que no ha cesado desde el primer día que se organizó.
Aún así hay que destacar que la solidaridad y la alegría frente a esta pandemia ha ido más allá del personal sanitario. Desde las fuerzas de seguridad hasta los ciudadanos anónimos, hemos conocido historias conmovedoras que han aportado un toque positivo en plena crisis sanitaria.
Algunos ejemplos de ello los encontramos en España, como la historia de Souleymane, un joven de Guinea de 24 años, que fue rescatado del Open Arms en verano de 2018 y que ahora dedica sus esfuerzos a trabajar en una residencia para mayores de Tarragona.
Pero también en el resto del mundo se viven historias amables, como la de Jon Matson, un cartero inglés de Boldon que reparte la correspondencia disfrazado de divertidos trajes cada día para levantar el ánimo de sus vecinos.