La política migratoria, convertida en arma arrojadiza
La presión política aumenta de forma directamente proporcional a la llegada de pateras a nuestras costas: el Gobierno trata de lanzar un mensaje de tranquilidad –el último ministro en hablar del asunto ha sido el de Exteriores, para asegurar que Europa necesita “savia nueva” si no quiere convertirse en un “continente de ancianos”- mientras Ciudadanos y el Partido Popular critican su “inacción”. Albert Rivera se ha desplazado directamente a Ceuta a felicitar a la Guardia Civil por su trabajo. Desde el terreno, a un metro de la valla, ha reprochado al Gobierno que no aporte soluciones. El PP, cuyo nuevo presidente alarmaba este fin de semana sobre la llegada de “millones” de inmigrantes a nuestras costas, tampoco desaprovecha la ocasión: el propio Casado será el siguiente líder político en visitar Ceuta. Pedro Sánchez ha pedido ayuda por carta a la Comisión Europea mientras pone en marcha un plan de emergencia para enfrentar el problema. Mientras, el ministro de Interior viaja a Mauritania en busca de cooperación, y la ministra de Trabajo sale en defensa de la política migratoria del Ejecutivo, que es observada con lupa desde la oposición.