La llegada de la vacuna de AstraZeneca, la tercera autorizada en la UE, y su indicación particular de no inyectarla en mayores de 55 años ha obligado a tener que hacer cambios en la estrategia de vacunación para definir nuevos grupos diana y reajustar el orden de priorización.
Porque esta estrategia ideada por los expertos del Grupo de Trabajo Técnico de Vacunación covid19 de la Ponencia de Programa y Registro de Vacunaciones "es un documento vivo y se va modificando a medida que se van autorizando diferentes vacunas, se va ampliando el conocimiento y el contexto de la pandemia va cambiando".
Así consta en la tercera actualización del documento que amplía a dos las líneas de actuación a seguir en la campaña de vacunación contra la covid19: la marcada por los fármacos de ARN mensajero -Pfizer y Moderna- y la de AstraZeneca, que utiliza un virus vector que es una versión atenuada de un adenovirus de chimpancé.
Las dos primeras son las que se han venido utilizando en la primera fase que arrancó el pasado 27 de diciembre con los primeros grupos diana de los 15 que recoge la estrategia; el proceso en este colectivo está en una fase muy avanzada y el plan recomienda seguir administrando las vacunas de Pfizer y Moderna a los que falten:
La idea inicial, antes de que se impusiera el corte de edad a la vacuna de AstraZeneca, era que el siguiente grupo prioritario fueran los mayores de 70 años; ahora, como resalta la actualización, "a medida que se vaya disponiendo de vacunas se incluirán otros grupos etarios comenzando por las personas entre 70 y 79 años". Por cuestiones "organizativas y de factibilidad, podrá solaparse" la vacunación de los grupos 3A, 4 y 5.
El último de los medicamentos contra la covid llegado a nuestro país está recomendado en personas de entre 18 y 55 años con una pauta de dos dosis separadas entre 10 y 12 semanas. Quedan excluidas aquellas con inmunodepresión grave (incluyendo cáncer en tratamiento quimioterápico), enfermedad cardiovascular no controlada y enfermedad hepática, renal, metabólica/endocrina o neurológica graves.
De esta forma, estas personas y las nacidas en 1965 o antes "se vacunarán más adelante cuando les corresponda por grupo de edad y/o condición de riesgo" con la vacuna más indicada en función de la disponibilidad y la nueva evidencia disponible.
Ante la llegada de las primeras dosis se ha optado por dedicarlas a otros sanitarios en activo comprendidos en el Grupo 3B y los trabajadores esenciales enumerados en el Grupo 6 de la estrategia. En ninguno de los dos casos el documento aclara el fármaco que se administrará a los trabajadores de entre 55 y 65 años:
En el mismo grupo está el personal sanitario y sociosanitario no vacunado con anterioridad, incluyendo servicios de inspección, medicina legal y forense, servicios de ayuda a domicilio, centros de menores y centros de día o equivalentes.
Y también fisioterapeutas y terapeutas ocupacionales, personal de oficinas de farmacia, protésicos dentales, logopedas y personal de psicología clínica, así como trabajadores de instituciones penitenciarias.
En este colectivo de grandes dependientes, la actualización publicada incluye como novedad a los que han solicitado el reconocimiento y a los que no lo hayan hecho aún pero esté "médicamente acreditado por tener enfermedades que requieran intensas medidas de apoyo para desarrollar su vida", estén o no institucionalizados. Las personas que son remuneradas por atenderles en sus hogares "se vacunarán en la misma visita" si no lo han hecho antes.
Ya en la anterior actualización, los miembros del Grupo de Trabajo Técnico de Vacunación covid19 propusieron que el personal sanitario y sociosanitario de menos de 55 años que hubieran estado contagiados se vacunaran a los seis meses de haber sido diagnosticados.
Ahora, los expertos, que desaconsejan realizar pruebas serológicas antes de la vacunación, extienden esta recomendación a los trabajadores de los grupos esenciales. Para las personas con más de 55 años o con factores de riesgo, "se actuará igual que en aquellas sin antecedentes de covid19". El motivo es que "la gran mayoría de las personas infectadas por SARS-CoV-2 producen anticuerpos neutralizantes, además de estimular la inducción de respuesta de células T".
Asimismo, el número de casos con reinfección documentada "es muy bajo en los 6 meses posteriores al diagnóstico de infección", si bien "aún no está claro en qué porcentaje están protegidos los que padecieron la infección por SARS-CoV-2 y por cuanto tiempo", recuerda.