Sánchez reivindica su moción de censura tras la condena del PP por la caja B: "Ese tiempo ya pasó"
El presidente dice que respeta lo que Pablo Casado tenga que hacer para "asumir y responder" a los casos por los que ha sido condenado su partido
La cumbre hispano-portuguesa de Trujillo reúne a dos presidentes socialdemócratas en momentos difíciles con sus respectivos socios
El saludo con caricia de Díaz a Sánchez tras la crisis por la reforma laboral se convierte en un símbolo del 'alto el fuego' entre ambas partes
En Portugal, en una cumbre bilateral y, por tanto, con audiencia internacional, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha aprovechado la recién conocida condena al PP por usar dinero negro para pagar las obras de su sede de Génova, para reivindicar su Gobierno. Y, ya de paso, la moción de censura con la que tumbó al de Mariano Rajoy, precisamente también animada por otra sentencia por corrupción.
"Aquel tiempo ya pasó", ha dicho el presidente, que ha hecho hincapié en el contexto en el que se produjo esa corrupción acreditada, según él, "sentencia tras sentencia": un tiempo de "una crisis enorme, de recortes en Sanidad, en Educación, en Dependencia... ", ha enumerado, haciendo ver que en esas circunstancias, los delitos resultan aún más sangrantes. Aún así, Sánchez se ha abstenido de decir nada de lo que tenga que hacer o no Pablo Casado "para asumir y responder" a los casos por lo que se ha condenado a su partido.
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El presidente ha optado por censurar los hechos por la vía del contraste. "Hoy hay un gobierno que está comprometido con la ciudadanía, y que maneja los recursos públicos de manera transparente y ejemplar". De ahí que haya sentenciado: "Aquel tiempo, definitivamente, ya pasó".
Dos líderes con problemas
Las declaraciones se han producido en el contexto de la primera cumbre hispano-portuguesa desde el fin de la pandemia que ha tenido lugar en Trujillo (Cáceres). Una cita marcada, especialmente, por las dificultades con sus respectivos socios que atraviesan los dos líderes socialdemócratas.
Al primer ministro portugués, António Costa, la Asamblea de la República le acaba de tumbar los presupuestos para el próximo año, lo que aboca al país a un riesgo de adelanto electoral al que él, de momento se resiste. Costa ha perdido el apoyo de sus socios del Bloco de Esquerda y el Partido Comunista. Por su lado, Sánchez ha conseguido aplacar con un acuerdo de última hora el enfrentamiento con Unidas Podemos a cuenta de la reforma laboral.
Al presidente español le han preguntado si espera un fin de año de curvas por aquello las diferencias que pueda haber entre PSOE y Podemos con respecto a la reforma. Ha dedicado su respuesta a reafirmar que lo que quiere es "colaboración, diálogo y consenso", evitando entrar en el detalle de cual es su postura sobre aspectos concretos de la reforma, como el de la prevalencia de los convenios, en los que se prevén discrepancias entre los socios de coalición.
Sánchez ha reivindicado su compromiso con la renovación del marco laboral, apelando a que se trata de un compromiso suyo de la investidura, que aparece en el pacto de gobierno con los socios y se ha trasladado a Europa. "Somos un Gobierno que cumple", ha afirmado tajante. Su gran propósito con respecto a la reforma es "recuperar consensos" que se rompieron, según él, con la que hizo el PP.
El saludo con caricia de Díaz
En Trujillo se ha dado precisamente el primer encuentro de Sánchez con sus ministras Nadia Calviño y Yolanda Díaz tras el cierre provisional de la crisis. Todos los ojos estaban pendientes de los saludos ente ellos. En las imágenes distribuidas por Moncloa no se aprecia tensión alguna en el encuentro el presidente con la ministra de Trabajo. Al revés, Díaz llega incluso a una especie de caricia en la cara del presidente, como cerrando el pulso entre ambos de los últimos días.
El cambio de protocolo ha retrasado (generando aún mas expectación) la llegada de esa imagen. A diferencia de otras veces, los ministros españoles no han participado en la ceremonia de recibimiento del líder extranjero. Las delegaciones se han encontrado en el interior del Palacio Duque de San Carlos, sin medios de comunicación y sin mas cámaras que la oficial.
El episodio de la tensión vivida por la reforma laboral ha planeado durante toda la jornada. Para la vicepresidenta Teresa Ribera, "puede haber algún malentendido", pero lo da por "resuelto" y afirma que la relación ente Calviño y Díaz "funciona correctamente". La propia Calviño, en su rol de protagonista involuntaria de la cumbre, ha quitado hierro al enfrentamiento asegurando: "Desde el punto de vista de la sustancia, no ha habido discusión ni debate. hemos estado viendo como organizamos el proceso ahora que llega a la fase decisiva". Y ya de paso ha aprovechado para revolverse contra el papel que se le atribuye, el de que es especialmente ella quien se resiste a ir hasta el fondo en la reforma laboral: "Esa lectura me sorprende porque no refleja la realidad", ha dicho en La Sexta.
Los Presupuestos
La comparecencia ante los medios ha dado pie a preguntar al presidente por la marcha de la negociación de de los Presupuestos, y del amago en concreto de ERC y PNV de presentar enmiendas a la totalidad si no se responde a sus demandas. Sánchez se ha limitado a decir que la ciudadanía reclama "estabilidad y avances sociales". Y a decir que, tras un pandemia que hemos sufrido "con tanto dramatismo", lo suyo es mantener un compromiso "con el país y la sociedad". Esto es, lo que el define como una "recuperación justa".
A su lado, António Costa, que acaba de conocer lo que es que tus socios te dejen sin presupuestos, se ha mantenido firme en su "costumbre", según ha dicho, de no hablar de cuestiones internas desde el extranjero. Por más que los colegas portugueses le han pedido que anticipara cuales su plan para salir de la crisis, no ha habido forma. Todo lo más que ha avanzado cuando le han dicho que Portugal está pendiente de una palabra suya y de saber si habrá elecciones anticipadas en enero o febrero ha dicho: "El que debe responder es el presidente de la República de Portugal". Sin aclarar cuáles son sus cartas.
Costa se ha atrincherado en hablar de los logros de la cumbre, en la que se han cerrado nueve acuerdos en total. Entre otros el proyecto de un estatuto para los trabajadores transfronterizos y la renovación del Tratado de Amistad que se firmó hace 40 años.
La cita hispano-portuguesa en Trujillo ha evidenciado la buena relación actual entre los dos países. Y también la sintonía personal de la que hacen gala sus respectivos líderes. "Sánchez tiene la voz más fuerte de la Europa progresista", ha dicho el portugués. "Hay pocos presidentes con las capacidades del primer ministro portugués de diálogo y de acuerdo", ha dicho Sánchez cuando le han preguntado si él, en las circunstancias que atraviesa su colega, dimitiría. El presidente no ha respondido, pero su piropo ha cosechado aplausos en la sala.