Este martes 4 de mayo Madrid celebra su jornada electoral, en plena pandemia. Pero no es la primera región que celebra unas votaciones de por medio. Las primeras elecciones tras el estado de alarma se desarrollaron en pleno episodio de rebrotes de coronavirus, y fueron las gallegas y vascas.
Estas elecciones, celebradas el pasado 12 de julio de 2020, estuvieron marcadas por los protocolos de protección para que las votaciones sean seguras y eviten contagios, pero, ¿influyó el coronavirus en la participación?
La elecciones fueron convocadas inicialmente el 5 de abril de 2020, pero, tras desatarse la pandemia, el 16 de marzo, Alberto Nuñez Feijóo anunció que se posponían. Finalmente, el 12 de julio, 2.697.315 ciudadanos gallegos estaban llamados a votar. Para hacerlo debían llevar mascarillas, al igual que los miembros de las mesas electorales, desinfectar las manos con frecuencia, sobre todo antes de entregar el voto, y depositar el DNI en una bandeja habilitada para que el personal electoral lo pudiese ver, sin entregarlo en mano como es habitual.
Pero ni el estricto protocolo ni el miedo al contagio consiguieron desmovilizar a la población, y lejos de notarse un descenso de la participación, esta subió en cinco puntos respecto a los comicios de 2016, situándose en el 58,88 % frente al 53,63%.
El mismo 12 de julio, 1.794.313 vascos también estaban llamados a votar para elegir a los 75 diputados de la XII legislatura del País Vasco. La región vivió una situación idéntica a Galicia, por lo que tras la convocatoria inicial del 5 de abril finalmente los comicios se celebraron el 12 de julio.
En esta ocasión la pandemia sí que influyó en la participación de los ciudadanos, que se vio duramente afectada, bajando hasta en 7 puntos respecto a 2016. Hasta las 20.00 horas solo votó el 52,86 % de la población, superando apenas la mitad del censo, una cifra que en las elecciones anteriores fue de 60,02 %.
Fue el mínimo histórico de participación en unos comicios autonómicos en la región. Hasta ese 2020 la cita con menor participación era la de las elecciones de 1994, cuando votó el 59,69 % del censo.
El domingo 14 de febrero de 2021 se celebraron, también en plena pandemia, las elecciones al Parlamento de Cataluña. Esta situación hizo que el voto por correo para el 14F en Cataluña alcanzara la cifra más alta desde las primeras elecciones autonómicas de 1980, con más de 265.000 sufragios emitidos por este sistema, lo que representa además un aumento del 277 % con respecto a los comicios de 2017.
En concreto, para las elecciones catalanas, votaron por correo 265.647 personas, 131.280 de las cuales entregaron su voto directamente en sus domicilios y 134.367 en las oficinas de Correos.
Se trata de una cifra récord, la más alta en la historia reciente de la democracia desde las primeras autonómicas de 1980 tras la aprobación del Estatut de 1979.
La jornada electoral estuvo marcada por las medidas de seguridad por la pandemia, con franjas para votar para colectivos vulnerables y afectados por el Covid, y trajes EPI para los miembros de las mesas, una imagen para la historia.
Todo ello se transformó en una participación muy baja, con la votación del 53,42% de los 5.624.044 catalanes, un resultado que se sitúa 25,67 puntos por debajo respecto a los comicios del 21 de diciembre de 2017, cuando fue del 79,09%.