Benidorm sigue siendo el destino más deseado por muchos, pero entre el verano de ahora y el de hace un año hay miles de turistas de diferencia, miles de sombrillas, de toallas y de hamacas. Una imagen que aún tardará en regresar, porque se plantean dividir las parcelas y poner un sistema de cita previa. El objetivo es que no haya más de 17.000 personas en sus playas, menos de la mitad de las habituales. Se acabó por tanto esa costumbre tan española de plantar la sombrilla a primera hora de la mañana para coger sitio.
El alcalde, Toni Pérez, presentaba este miércoles el paquete de medidas dentro del plan Destino Turístico Inteligente (DTI). Pérez ha precisado que se establecerán controles de acceso a los arenales y que “la circulación no será como hasta ahora porque es imposible si se quiere controlar el aforo en la playa”. Va a establecer como prioritario “el derecho de todos a sentirnos seguros”.
El objetivo es "finalizar el año 2020 con la preparación necesaria para abordar 2021". Las acciones concretas se conocerán a medida que avance la elaboración del estudio, pero el resultado será que Benidorm ofrecerá "espacios sanitarios seguros y limpios" para atraer turismo y generar confianza tanto en el residente como en el visitante.
Para eso, y mientras la movilidad internacional esté limitada, Benidorm se centrará en atraer al turismo español familiar y senior, con un modelo de sol y playa vinculado a la salud y el bienestar. Con todo, Pérez ha admitido que con el turismo nacional no es suficiente: "Nuestro horizonte tiene que ver con la capacidad que tengamos para recibir turistas internacionales y, para cuando llegue ese momento, tenemos que estar mejor preparados que nadie. Ya estamos intentando girar la curva entre cancelaciones y nuevas reservas".
Una de las últimas modificaciones que ha hecho Sanidad es la ampliación del aforo permitido las playas que ahora se calculará como unos 4 metros cuadrados por bañista. Los ayuntamientos podrán poner limitaciones en el aforo, en los accesos o en la permanencia para evitar aglomeraciones como las que veíamos esta semana en Vigo.
Podrán decidir también si cerrar el arenal o no cuando llegue la pleamar, como harán en la playa de La Concha de San Sebastián. Medidas que ya han aplicado en la playa de Vizcaya, donde los fines semana estará permitido el baño pero no tomar el sol.