La reactivación de la actividad sísmica en las zonas próximas a la erupción del volcán de Cumbre Vieja al sur de La Palma hace que los vulcanólogos no puedan descartar la posible apertura de nuevas bocas, a su vez, puedan producir nuevas coladas de lava que se unan a la ya existente.
Según el Instituto Geográfico Nacional, en las primeras horas de la tarde del 1 de octubre se han detectado 12 terremotos de los cuales dos han podido ser percibidos por la población. Los seísmos, producidos a una profundidad estimada entre los 10 y los 14 km, podrían indicar la posible apertura de nuevas bocas volcánicas que podrían sumarse a las tres que permanecen activas.
El geólogo José Luis Barrera ha explicado que el cese de las explosiones en el volcán no indican el final de la erupción sino que la lava ya ha liberado el camino de rocas y arena y que ahora comienza a salir de manera más fluida. Esta circunstancia hace que se reduzca el fenómeno explosivo pero aumenta la velocidad de la lava que además sale a una mayor temperatura.
Tras la apertura de una nueva boca en el volcán, Barrera ha señalado que la nueva colada de lava podría unirse a la original. Si esto sucede, ha explicado en declaraciones a Europa Press, la colada principal podría ensancharse aún más antes de llegar al mar.
Un ensanchamiento de la colada de lava supondría un mayor territorio afectado y, por tanto, más daños materiales e infraestructuras destruidas. En este sentido, el experto ha indicado que la lava acabará llegando al mar y, tras entrar en contacto con el agua, aumentará la superficie del litoral de la isla.
Respecto a los parones en la actividad del volcán, Barrera ha aclarado que no se debe a que la erupción vaya a llegar a su fin sino a que son los gases los que arrastran la lava a la superficie para expulsarla y, por tanto, puede haber rachas en los que las emisiones de magma aumenten y periodos en los que disminuya.