En una Semana Santa atípica debido al confinamiento de la población a causa del coronavirus, la tradición catalana en la que los padrinos llevan una mona de Pascua a sus ahijados resiste gracias a una iniciativa de muchos pasteleros para poder enviarlas a domicilio.
Los padrinos pueden escoger la mona a través de Instagram y los pasteleros se encargan de llevarla a casa de los más pequeños. Así, el coronavirus no ha impedido que centenares de niños hayan recibido ya su mona.
La campaña 'Cap nen sense mona' está instigada por el gremio y con la creciente participación de más de 200 pastelerías, la mayoría en la provincia de Barcelona pero también en el resto de Catalunya. A través de su web se accede al inmenso listado y mapa de ubicación de los participantes. El cliente puede elegir el establecimiento más cercano, y si éste estuviera saturado, se coordina con otros que puedan cumplir con el pedido. Se prevé entregar entre 60.000 y 70.000 unidades por ese sistema, lo que para muchos negocios supondrá evitar pérdidas.
La mona de Pascua también es uno de los productos típicos de la Semana Santa en Valencia, donde el horno valenciano Cifre Solaz calcula "pérdidas de un 60%, siendo optimistas", en las ventas. "Las ventas a día de hoy están muy paradas. Nosotros al hacer un producto artesano vamos a hacer monas dependiendo de las ventas de los días anteriores", ha asegurado Juan Carlos Cifre, gerente de este horno.