El Hospital Universitario San Jorge, en Huesca, ha registrado un caso de coronavirus en un bebé recién nacido. La madre habría dado a luz al bebé ya infectado. De confirmarse este caso, sería uno de los primeros casos de transmisión del virus a durante el embarazado en todo el mundo.
Según recoge el medio local El Heraldo, los pediatras del centro están analizando todos los detalles de la infección para ratificar si se trata de un caso de infección durante el embarazo. El recién nacido se encuentra bajo vigilancia médica pero en buen estado de salud. Los bebés infectados no suelen desarrollar síntomas graves de esta enfermedad, según los expertos.
Por el protocolo de actuación del coronavirus, la madre fue sometida a una PCR antes de ingresar, y dio positivo. El parto se realizó con todos los protocolos necesarios y, al nacer el bebé, se le realizó el test y, para sorpresa de todos, se confirmó el contagio del neonato.
La tasa de prematuridad ha sido especialmente elevada (15,7%) frente a la habitual del 6,5 por ciento en recién nacidos hijos de madre con COVID-19, según los primeros datos dados a conocer por a Sociedad Española de Neonatología (SENEO) sobre más de 1.100 casos documentados de madres enfermas con coronavirus durante el embarazo o en el parto.
El estudio completo, el mayor registro de estas características y que será presentado en la V Jornada Nacional de Neonatología, muestra que se han registrado 48 recién nacidos que se han infectado o bien en la comunidad tras el alta hospitalaria o durante su hospitalización. En todos los casos la enfermedad ha sido leve, el tratamiento sintomático y la evolución favorable.
Tras analizar los datos, los neonatólogos admiten que no se puede descartar al 100% la transmisión del virus antes del nacimiento desde la madre, pero de ser así los escasos casos muy dudosos han evolucionado satisfactoriamente. En cualquier caso, los recién nacidos hijos de madres COVID-19 no han padecido una enfermedad clínica sugestiva de infección por coronavirus y la evolución ha sido favorable salvo por los problemas relacionados por su prematuridad.
En más del 60% de los casos se ha mantenido la no separación de la madre de su bebé, se ha mantenido el contacto piel con piel al nacer y la lactancia materna. Cuando esto no ha sido posible, los motivos han sido la gravedad de la enfermedad de la madre o la necesidad de hospitalizar al recién nacido, generalmente por prematuridad. En otros casos, la separación de la madre de su hijo ha sido necesaria por la imposibilidad estructural de mantener a ambos aislados en habitaciones individuales, pero estos casos han sido poco frecuentes.
Este estudio surge de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Neonatología (SENEO) que evidenció al poco tiempo de comenzar la pandemia que no existían datos fiables sobre el impacto de la infección por SARS-CoV2 en los recién nacidos. En un inicio los datos provenían de estudios chinos "poco fiables", donde se recomendaba la separación inmediata tras el parto de los recién nacidos hijos de madres con COVID-19, evitar la lactancia materna y en algunos casos mantenerlos separados hasta la negativización de la infección materna.
"Ante la gravedad de la situación, la SENEO tomó la decisión de iniciar una serie de consultas con otros grupos de investigación y entidades oficiales", explica el doctor Manuel Sánchez Luna, presidente de la SENEO.
Así, las recomendaciones de la SENEO ante el nacimiento de un recién nacido de una madre infectada por SARS-CoV2 o con alta sospecha de estar infectada se resumen en atender a ese recién nacido con las medidas de asepsia propias de un parto normal pero con máxima protección del personal sanitario que lo atiende; realizar un clampaje tardío del cordón umbilical y hacer contacto piel con piel con la madre, al igual que en otro parto sin infección COVID-19, pero manteniendo la mascarilla de la madre.