“En 1978 Manuel Vital, un líder vecinal y casualmente conductor de la línea 47 de Barcelona secuestró un bus y lo hizo llegar hasta la última calle del barrio Torre Baró para demostrar al ayuntamiento que el transporte urbano podía llegar hasta la última calle empinada de aquel barrio tan pobre”. Con estas palabras recordaba Gabriel Rufián, diputado d’Esquerra Republicana, a Manuel Vital en el debate de investidura de Pedro Sánchez celebrado este martes.
Conocido como el “hombre que secuestró un autobús”, todos los vecinos del barrio Torre Baró de Barcelona conocen a Vital. Luchador, honesto y valiente, así le describen aquellas personas que le conocieron y hoy, ocho años después de su muerte, recuerdan lo mucho que luchó y se sacrificó por el barrio y los grandes logros que consiguió.
Vital emigró a Barcelona desde Valencia de Alcántara (Cáceres) en 1947 y cuatro años después se trasladó a vivir al número 152 de la calle Sant Feliu de Codines, situada en la parte alta de la barriada.
En esos momentos, trabajaba como conductor de autobuses y trolebuses en Tranvías de Barcelona y de forma paralela empleaba todas sus fuerzas en la lucha vecinal y política. Junto con Ignasi Català y Cirilo Poblador, fundó la Asociación de Vecinos 9 Barrios Sección Vallbona-Torre Baró-Trinitat, con el objetivo de movilizarse y reivindicar mejores condiciones en el barrio.
Más de 60 años después, en esa misma casa de la calle Sant Feliu de Codines, su hijo Manel Vital y su nuera, Mercedes Gil, le recuerdan: “Mi padre era un luchador, trabajó siempre por mejorar las condiciones del barrio e ideó el secuestro del autobús de la línea 47 porque sabía que era la única manera de que llegara el transporte a esta zona de la barriada”.
Desde finales de los años 60, los vecinos de Torre Baró solicitaban disponer de líneas de autobús que permitieran salir del barrio y conectar con otros servicios de transporte.
A pesar de las numerosas reuniones y negociaciones, la respuesta tanto de la compañía de transportes como del Ayuntamiento de Barcelona era siempre la misma: “Siempre nos decían que el mal estado de las calles no permitía el paso de autobuses, pero Vital estaba convencido de que el autobús podía pasar y quiso demostrar a las autoridades que necesitábamos transporte y que el autobús podía llegar hasta lo alto del barrio. Y lo logró, vaya si lo logró”, explica Gregoria García, la vecina de enfrente de la casa de Vital y ex miembro de la asociación de vecinos.
Un 7 de mayo de 1978, Manuel Vital se desvió de su ruta, secuestró el autobús de la línea 47 y lo condujo por la carretera Alta de las Roquetas en dirección hacia Torre Baró. Mientras el autobús circulaba por las estrechas y empinadas calles de la montañosa barriada, los vecinos se sumaban para al secuestro reivindicativo: “Unos vecinos iban por delante del autobús aplanando el camino, otros nos montábamos y otros simplemente chillaban consignas de reivindicación”, recuerda Esperanza Narváez, una de las vecinas que con 14 años se montó al autobús y siguió todo el recorrido junto a Manuel Vital.
La calle València fue el final del trayecto. Allí le detuvo la policía y fue trasladado a la comisaría de la calle de Malat, en el barrio de Sant Andreu. Al día siguiente fue juzgado y acusado de secuestro: “Le iban a despedir, pero la movilización vecinal y las circunstancias políticas del momento lo impidieron”, explica su hijo.
Manel Vital es recordado como un héroe en el barrio. Gracias a ese acto reivindicativo llegó el transporte a Torre Baró. El 23 de mayo de 1980 se creó la línea 77 (Pl. Virrei Amat-Torre Baró) y el 10 de febrero de 1981 la línea de microbús 93 (Ciutat Meridiana-Torre Baró).
“A ese hombre se lo debemos todo, gracias a él y a todos los vecinos que le siguieron tenemos agua potable y estamos un poco más conectados a la ciudad”, sostiene Gregoria García.
60 años después de ese secuestro, la Asociación de Vecinos Torre Baró no ha dejado de luchar y sigue movilizándose para solicitar mejoras en el barrio. Todos los vecinos conservan la voluntad y sacrificio que les trasladó Vital en aquel momento y aseguran que “el barrio de Torre Baró necesita a otro Manuel Vital que luche por sus derechos”.