La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, se saltó el protocolo de vacunación en diciembre de Sanidad, al administrar el suero contra el covid cuando la prioridad eran las residencias de ancianos. La presidenta madrileña ha argumentado en Twitter que eso mismo se hizo en otras zonas, que los religiosos hacen una “labor impagable” y que muchos de ellos son también mayores.
Según denuncia de la Asociación Madrileña de Enfermería, la Comunidad de Madrid vacunó en diciembre de 2020 a los integrantes de varias congregaciones religiosas cuando el protocolo del Ministerio de Sanidad daba prioridad a las residencias de mayores.
Según el informe al que ha tenido acceso de la cadena Ser, en Madrid se administraron 1.585 dosis en el Convento San Antonio o las Hijas de la Caridad, Las Carmelitas descalzas, la Misioneras Eucarísticas de Nazaret. La Asociación Madrileña de Enfermería (AME) denuncia que esta vacunación se realizó a través de un contrato por la vía de urgencia con Cruz Roja.
Las primeras vacunas se pusieron en España el 27 de diciembre, como en el resto de Europa. Sanidad dio prioridad en su protocolo a las personas mayores que vivían en residencias, donde durante la primera ola de covid murieron 20.000 personas, y al personal que los atendía.
En segundo lugar, Sanidad estableció la vacunación de los profesionales sanitarios de primera línea y en tercer lugar al resto de sanitarios y sociosanitarios.
Según la emisora, en Madrid desde el 27 de diciembre de 2020 en cuatro días se vacunó a más de 1.500 personas de congregaciones religiosas. Después esta vacunación se detuvo en seco y no se retomó hasta la primavera.
La presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, en un tuit sale al paso de la información y señala que “también se han vacunado en otras zonas de España, que muchas de estas personas son mayores, no hubo prioridad y que estas personas” –los religiosos- “hacen una labor impagable, y siempre, en otras crisis, también las cuidaremos”.
Los profesionales de enfermería destacan además, que en Madrid a las personas mayores que viven en sus domicilios no se les empezó a citar para vacunar hasta finales de febrero porque la región carecía de un protocolo para ellos.