La alcaldesa de Jerez, María José García-Pelayo, ha señalado el interés de este reconocimiento "no sólo para la ciudad y la provincia sino también para Andalucía y el conjunto del país, ya que supondrá la promoción de los vinos españoles en toda Europa".Igualmente, la regidora ha puesto el acento en la importancia de esta distinción ya que "supone un reconocimiento a la riqueza y diversidad de la cultura del vino y un impulso al desarrollo de la industria vitivinícola que nos va a permitir posicionarnos como uno de los territorios de producción vitivinícola más destacados de Europa así como abrirnos a nuevos mercados".
En la presentación de la candidatura de Jerez, apoyada en un vídeo promocional de los vinos y la actividad enoturística del Marco, la alcaldesa ha agradecido "esta oportunidad única que ofrece Recevin a Jerez, así como la colaboración de la Diputación de Cádiz y a la Junta de Andalucía, a los Consejos Reguladores del Vino y Brandy de Jerez y otras instituciones, federaciones y empresas vinculadas al sector, que han mostrado su respaldo a la candidatura".García-Pelayo ha hecho hincapié en la historia, la ubicación estratégica de Jerez, sus conexiones, así como el amplio calendario de eventos de la ciudad para 2014, como principales argumentos para su declaración como Ciudad Europea del Vino.
La regidora jerezana ha destacado que "esta distinción se produce en un año especial para Jerez, que conmemora su 750 aniversario, y que, por tanto, se suma a un conjunto de celebraciones en las que destacan igualmente grandes eventos como la salida de la Vuelta Ciclista a España".
Los vinos de jerez
Con todo, el Ayuntamiento ha destacado que "precisamente de las bondades climatológicas de Jerez depende la especial tierra albariza donde se asienta la inmensidad de sus viñedos". Un total de 7.000 hectáreas donde nace el fruto de sus vinos, "únicos en el mundo y de fama universal", los más exportados de España, con 60 millones de botellas anuales distribuidas.
Además, su prestigio se debe a su gran diversidad, que abarca, desde los secos y pálidos, como el Fino y la Manzanilla, los amontillados, olorosos, hasta los más dulces y oscuros, como el Pedro Ximénez y el Moscatel, pasando por toda una amplia gama de olores, sabores y colores.Unos vinos que se conservan en las también afamadas bodegas de Jerez, "las catedrales del vino, las más visitadas de Europa, pioneras muchas de ellas en abrir sus puertas al visitante en el siglo XIX y que en la actualidad representan el mejor reclamo de Jerez", una ciudad que maneja una cifra de 1.200.000 visitas anuales a sus atractivos turísticos, de las que casi 400.000 son a sus bodegas.