El vulcanólogo Itahiza Domínguez ha matizado la interpretación sobre los signos de cansancio del volcán de La Palma. Domínguez explica que aunque es cierto que desde hacía días se evidencian signos positivos en la erupción de Cumbre Vieja, “nadie ha dicho que sea el final”.
“Al hilo de la noticia de que hay signos positivos que podrían anticipar el fin de la erupción de La Palma ha habido un malentendido”, escribe el experto. “Hay signos positivos porque disminuye la actividad respecto a los últimos 10 días donde aumentó enormemente. Nadie ha dicho que sea el final”.
“Tanto el tremor volcánico, como los niveles de dióxido de azufre (SO2) han descendido a valores de mitad de octubre con la erupción más estable. Es pronto para anticipar el fin”, señala Itahiza Domínguez.
Lo cierto es que los terremotos y el tremor como señala el vulcanólogo han descendido. También lo ha hecho y mucho el dióxido de azufre que llegó a estar por encima de las 60.000 toneladas hace una semana aproximadamente y ayer se notificaron 16.500. Es una cantidad mucho menor pero inmensamente mayor que lo recomendable. No es hasta situarse por debajo de 500 cuando los expertos creen que se puede hablar de estar cerca del fin de la erupción.
Además, hoy los palmeros miran al cielo con temor. Hay previsión de lluvia y eso no es nada bueno. Si la lluvia entra en contacto con las toneladas de ceniza que cubren las calles y casas en La Palma se podría crear una masa que haga colapsar tejados y sistemas de alcantarillado. Por eso, los vecinos, ayudados de equipos de limpieza, bomberos y militares se afanan más que nunca en quitar la ceniza.
A pesar de la puntualización de Itahiza Domínguez, a los vecinos de La Palma afectados por la erupción del volcán de Cumbre Vieja tras 48 días de lucha contra la naturaleza, cualquier noticia positiva les llena de esperanza.