“No hacer sangre”. Esa era la consigna que se había difundido entre los más de cuatrocientos dirigentes que habían acudido al cónclave en el que se finiquitaba de facto la era de Casado al frente del Partido Popular, y se ponía a pleno rendimiento la maquinaria para dar paso a una etapa que nadie duda liderará el barón gallego Alberto Núñez Feijóo. Pasar página "rapidito" en una reunión de "unidad" y "concordia". Claro que no todos en el PP estaban conformes con eso.
La presidenta de Madrid, Isabel Diaz Ayuso, ha acudido a la reunión de la Junta Directiva Nacional de su partido dispuesta a dinamitar la despedida de Pablo Casado, después de cruzar con él un gélido saludo. Desde la primera fila presenciaba como un Casado dolido se quejaba del trato recibido en esta crisis. "Lamento todo lo que haya hecho mal, y también lamento la reacción que he tenido que sufrir y que no merezco", lamentaba ante los suyos después de pedir perdón a su manera.
Nada más escuchar esto, Ayuso tomaba la palabra dispuesta a que las cosas no se quedaran así. Quiere que rueden las cabezas de los dirigentes que la acusaron sin pruebas para "destruirla". No les ha nombrado, pero todos han pensado en el propio Casado y en Teodoro García Egea, que no ha asomado por allí. "¿Cuántas 'Ritas' Barberá podemos permitirnos en el PP?", reprochaba después de exigir hasta en dos ocasiones expulsiones.
"No creo en en las heridas cerradas en falso. Pido que todo el que haya formado parte de esta campaña sea puesto en la calle inmediatamente", machacaba en un discurso que llevaba preparado a conciencia y que ha leído a puerta cerrada, pero que Sol ha querido que trascendiera.
Casado replicaba nada más escuchar toda esa retahíla de reproches, para negar que él estuviera detrás del espionaje a Ayuso. "Yo no lo he hecho, y de haberlo sabido te aseguro que no lo habría consentido", se ha defendido según cuentan distintas fuentes consultadas por NIUS presentes en el cónclave popular. Insistía en que él no ha hecho nada malo y lamentaba las acusaciones sin pruebas que se lo han llevado por delante.
'Cruz de navajas' en el Partido Popular que ha incomodado algunos sectores de la formación, que esperaban "sentido común de todo el mundo" y un cónclave de unidad y concordia. Estaban deseando dejar atrás el cóctel de chantajes, espionaje, traiciones y corrupción que ha implosionado el PP en sólo diez días, pero Ayuso no es de la que olvidan. De hecho ha denunciado que los fieles a Casado siguen alentando ataques contra ella.
El barón gallego asistía sin abrir la boca a este cruce de acusaciones en el interior de la Junta. Se reservaba ante los micrófonos cerrar filas con Ayuso después del durísimo ataque de esta contra Pablo Casado. "Isabel Díaz Ayuso es un activo incuestionable del PP y una persona honorable, que vamos a defender porque creemos y no tenemos dudas de su honorabilidad". Ni una palabra para el presidente caído Pablo Casado.
Feijóo, que heredará una herida que ni mucho menos está cerrada, de momento no está dispuesto a entregar la cabeza de nadie en una pica como quiere Ayuso, pero sí a blindarla orgánicamente en el partido. Justo este martes el PP cerraba el expediente abierto contra ella por las supuestas irregularidades en un contrato público vinculado a su hermano. Toda una muestra de buena voluntad.
"Lo digo desde esta tribuna. Confianza total en la honorabilidad de Díaz Ayuso. Cuando se confía absolutamente en la honorabilidad de alguien, no hace falta que dé explicaciones", ratificaba desde Génova, el hombre de confianza de Feijóo para pilotar la transición. Esteban González Pons elegía Génova, -con toda la carga de profundidad que el escenario elegido conlleva-, para anunciar que la investigación contra Ayuso está cerrado. Y una vez más, ni una palabra sobre Pablo Casado.
¿Suficiente para Ayuso? Desde el entorno de la presidenta madrileña aseguran que lo importante para ellos ahora es ese cierre de filas sin fisuras con Ayuso. Pero las espadas siguen en alto. "Todo está en su punto. Ya se enfriará", dicen casi a modo de jeroglífico.
No ha sido el único recado que Isabel Díaz Ayuso ha dejado en la Junta Directiva de su partido. Después de reiterar una vez más su apoyo a Feijóo, -"Yo creo en ti Alberto-, a continuación ha intentado marcar el camino que a su juicio debe de seguir el PP. Esto es, ni un pacto con la izquierda, y tender puentes con Vox.
"Cada vez que nos hemos mimetizado con la izquierda hemos perdido toda la credibilidad. No conozco una negociación con ella donde hayamos ganado nada. Cada pacto que no busque la verdadera renovación de las instituciones nos destruye a nosotros y a ellas". Traducido: 'cuidadín' con pactar con Sánchez la renovación del Consejo General del Poder Judicial como ha vuelto a reclamar el Gobierno.
Ayuso no se interpondrá en el camino de Feijóo, pero otra cosa muy distinta es que ella abandone su estrategia de líder de la oposición contra Pedro Sánchez y se vaya a estar quieta.
Todo el mundo en el Partido Popular ya le llama 'presidente', pero Alberto Núñez Feijóo no dará el paso al frente para liderar el PP hasta hoy y desde su tierra. En Santiago de Compostela reunirá esta tarde a los suyos y les comunicará su decisión, después de haber dejado pasar ese tren en 2018 deshecho en lágrimas. Ahora todos están convencidos de que esta vez no se echará atrás.
Eso sí, a su manera. Controlando los tiempos y las formas hasta el final. "Una vez que escuche a mis compañeros anunciaré a los españoles mi decisión. Las formas son la garantía de las cosas. Hay que respetar los procedimientos y los estatutos", se comprometía desde Madrid tras concluir el cónclave popular que cerraba la etapa de Casado en el PP.
Los plazos para presentar candidaturas se han abierto ya, y se prolongarán hasta el 8 de marzo. Entonces sabremos si Feijóo concurre solo a la presidencia del PP en el congreso de Sevilla del 1 y 2 de abril, o hay más candidatos. Nadie se plantea ese escenario. "¡Feijóo, Feijóo, y Feijóo!" proclamaba un destacado dirigente popular. "El futuro se llama Feijóo", aseguraba otro. Ya nadie se acuerda de Pablo Casado.